Ictus o ACV, accidente cerebro vascular

El ictus o ACV se puede prevenir en la mayoría de los casos. Se requiere un esfuerzo de la sociedad, los sistemas de salud y políticas públicas que fomenten el acceso a tratamientos hasta campañas de sensibilización masiva para reducir su impacto

Ictus o ACV, accidente cerebro vascular Ictus o ACV, accidente cerebro vascular

Redacción MI DOCTOR
Mi Doctor / 08/01/2025 02:55

El ictus, también conocido como accidente cerebrovascular (ACV), se ha convertido en una de las principales causas de discapacidad y mortalidad a nivel mundial. Este evento ocurre cuando el flujo de sangre al cerebro se interrumpe repentinamente, ya sea por un coágulo que bloquea una arteria (ictus isquémico) o por la ruptura de un vaso sanguíneo (ictus hemorrágico). Aunque afecta principalmente a personas mayores, cada vez se reportan más casos en adultos jóvenes, lo que subraya la importancia de la prevención y la concienciación.

¿QUÉ PROVOCA UN ACV?

Los factores de riesgo para el ictus o ACV incluyen tanto condiciones de salud preexistentes como hábitos de vida poco saludables. Entre las principales causas se encuentran:

Hipertensión arterial: Considerada el mayor factor de riesgo, puede dañar las arterias del cerebro.

Enfermedades cardiovasculares: Como la fibrilación auricular, que aumenta las probabilidades de formación de coágulos.

Diabetes: Eleva la posibilidad de desarrollar enfermedades vasculares que pueden derivar en un ictus.

Tabaquismo y consumo excesivo de alcohol: Aumentan el riesgo al dañar los vasos sanguíneos.

Colesterol elevado: Favorece la formación de placas que pueden bloquear las arterias.

Sedentarismo y obesidad: Promueven condiciones propicias para un evento cerebrovascular.

Adicionalmente, el estrés crónico, la mala alimentación y factores genéticos pueden incrementar la vulnerabilidad.

LAS SECUELAS

Las secuelas del ictus dependen de la gravedad del evento y de qué parte del cerebro se vea afectada. Entre las consecuencias más comunes se encuentran:

Parálisis o debilidad en un lado del cuerpo: La hemiplejía es una complicación frecuente.

Dificultades del habla y del lenguaje: Desde problemas para articular palabras hasta la incapacidad de comprenderlas.

Problemas cognitivos: Incluyen pérdida de memoria, confusión y dificultad para concentrarse.

Depresión y ansiedad: Los cambios físicos y la pérdida de independencia afectan el bienestar emocional.

Dolor crónico y espasticidad: Sensaciones persistentes de incomodidad y rigidez muscular.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ictus es la principal causa de discapacidad adquirida en adultos. Muchos pacientes requieren rehabilitación  intensiva para recuperar habilidades básicas.

ESTADÍSTICAS MUNDIALES

En promedio, 15 de cada 1.000 personas sufrirán un ictus en algún momento de sus vidas, según datos recopilados por el Global Burden of Disease Study. En países de ingresos bajos y medios, donde los sistemas de salud tienen menor capacidad de respuesta, las tasas de mortalidad y discapacidad son más altas.

En Bolivia, un informe del Ministerio de Salud revela que el ictus representa el 8% de las muertes por enfermedades no transmisibles. Además, el 70% de los sobrevivientes queda con algún grado de discapacidad.

DIAGNÓSTICO OPORTUNO

El diagnóstico temprano es fundamental para minimizar las secuelas del ictus. La identificación de los signos de alarma con el método «FAST» (por sus siglas en inglés) puede ser vital:

   F (Face): Rostro caído o asimétrico.

   A (Arms): Debilidad en un brazo o pierna.

   S (Speech): Dificultades para hablar o comprender.

   T (Time): Tiempo para actuar de inmediato.

Una vez en el hospital, los médicos recurren a técnicas como la tomografía computarizada (TAC) o la resonancia magnética (RM) para confirmar el diagnóstico y determinar el tipo de ictus.

Historias de lucha y superación

(Fundación Ictus, España)

Los testimonios de quienes han vivido un ictus son un recordatorio de su impacto en la vida cotidiana y del poder de superación.

María Fernanda, arquitecta de 32 años

Sufrió un ictus que le dejó secuelas físicas y cognitivas significativas, pero gracias al apoyo de la Fundación Ictus, logró superar las limitaciones impuestas por su condición. Con terapias personalizadas y un equipo multidisciplinario, María Fernanda no solo recuperó su movilidad, sino también la confianza en sí misma, retomando su profesión y desarrollando proyectos que ahora incluyen diseños accesibles para personas con discapacidades, un ejemplo vivo de resiliencia e inspiración.

Luis Alberto, un jubilado de 68 años 

Apasionado por la música, enfrentó un ictus que afectó su capacidad para tocar el piano, su mayor pasión. Con el acompañamiento de los especialistas de la Fundación Ictus y una intensa rehabilitación física y emocional, pudo readaptar sus habilidades, tocando con una sola mano y componiendo melodías que reflejan su camino hacia la recuperación. Luis ahora visita hospitales para compartir su música, transmitiendo esperanza a otros pacientes que atraviesan situaciones similares.

¿Cómo prevenir el ictus?

La prevención es la estrategia más eficaz para reducir la incidencia del ictus. Algunas recomendaciones incluyen:

Controlar la presión arterial: Mantenerla por debajo de 130/80 mmHg.

Adoptar una dieta equilibrada: Rica en frutas, verduras, granos integrales y baja en sal.

Realizar actividad física regularmente: Al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana.

Evitar el tabaco y limitar el consumo de alcohol: Ambos factores son altamente prevenibles.

Gestionar el estrés: Prácticas como la meditación o el yoga pueden ser de gran ayuda.

Realizar chequeos médicos periódicos: Para identificar factores de riesgo como hipertensión o diabetes.

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