Alternativas contra la bacteria Helicobacter pylori
Se estima que la mitad de la población mundial es portadora de la bacteria Helicobacter pylori, un microorganismo vinculado a diversas afecciones estomacales como la gastritis, úlcera gástrica y cáncer de estómago.
Se estima que la mitad de la población mundial es portadora de la bacteria Helicobacter pylori, un microorganismo vinculado a diversas afecciones estomacales como la gastritis, úlcera gástrica y cáncer de estómago. Sin embargo, no todos los infectados desarrollan síntomas. Solo entre el 15% y el 20% de los casos evolucionan a una úlcera gástrica o duodenal, mientras que entre el 1% y el 3% podría desarrollar cáncer gástrico.
DESAFÍOS DEL TRATAMIENTO CONVENCIONAL
El enfoque estándar para erradicar H. pylori es la llamada “triple terapia”, que combina dos antibióticos con un inhibidor de la bomba de protones. Este esquema tiene una tasa de éxito del 80%, pero en el 20% de los casos no logra eliminar la bacteria. Para estos pacientes, se emplea una “cuádruple terapia”, que añade un gastroprotector como las sales de bismuto. Sin embargo, entre el 5% y el 10% de los pacientes no responde a este tratamiento, lo que evidencia la creciente resistencia de la bacteria a los antibióticos.
“La terapia es compleja por la cantidad de antibióticos involucrados, lo que puede generar efectos secundarios. Además, los tratamientos son costosos y muchas personas los abandonan antes de completarlos, favoreciendo la resistencia bacteriana”, explica la doctora Irma Romero Álvarez, investigadora del Departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina de la UNAM.
PLANTAS MEDICINALES COMO ALTERNATIVA
Ante la resistencia bacteriana, la comunidad científica ha explorado nuevas opciones terapéuticas. En México, donde la medicina tradicional tiene una gran riqueza, investigadores han evaluado el potencial de diversas plantas medicinales como alternativa natural y accesible contra H. pylori.
La doctora Romero Álvarez y su equipo han estudiado más de 100 especies vegetales con propiedades terapéuticas contra enfermedades gastrointestinales, reduciendo la selección a 60. Más del 70% de estas plantas han mostrado actividad antibacteriana contra H. pylori, con una eficacia de moderada a fuerte.
CUACHALALATE, OPCIÓN CON
RESPALDO CIENTÍFICO
Entre las especies más prometedoras está el cuachalalate (Amphipterygium adstringens), cuya corteza se emplea tradicionalmente para tratar gastritis y úlceras. Estudios en la Facultad de Química de la UNAM han demostrado que esta planta posee propiedades gastroprotectoras y antiinflamatorias.
Los investigadores descubrieron que los extractos no acuosos de la planta, como los obtenidos con éter de petróleo, son más eficaces para eliminar H. pylori que los extractos acuosos. Identificaron que los ácidos anacárdicos presentes en el cuachalalate tienen un efecto bactericida comparable al de algunos antibióticos.
El siguiente paso en la investigación es determinar el mecanismo exacto de acción de estos compuestos. “Sabemos que tienen actividad bactericida y bacteriostática, dependiendo de la concentración utilizada. Esto es clave, ya que para erradicar H. pylori no basta con frenar su crecimiento, sino que es necesario eliminarla por completo”, señala la doctora Romero Álvarez.
PREVENCIÓN Y PERSPECTIVAS
H. pylori se adhiere a las células del epitelio gástrico mediante tres procesos: la motilidad, gracias a su flagelo; la actividad de la enzima ureasa, que le permite neutralizar su entorno; y la adherencia a la mucosa estomacal.
La investigación actual busca determinar si los compuestos del cuachalalate pueden interferir con estos mecanismos y prevenir la colonización de la bacteria.
“Si logramos inhibir alguno de estos procesos, podríamos desarrollar un preparado de cuachalalate para consumo periódico como medida preventiva, evitando que la bacteria se establezca en el estómago”, concluye la doctora.
La investigación de las propiedades de las plantas medicinales representa en la actualidad una alternativa que promete no solo luchar contra el H. pylori, ofreciendo una opción accesible, con menos efectos secundarios y sin generar resistencia bacteriana, sino también para luchar contra el origen de otras enfermedades e infecciones.
* Redacción MI DOCTOR basada en una publicación de la UNAM (Universidad Autónoma de México)