Tosferina o coqueluche, una tos característica
Cada cierto tiempo aparecen brotes de forma cíclica en prácticamente todas las regiones del mundo que son susceptibles de presentar epidemias de tosferina. Es altamente contagiosa y puede resultar en complicaciones, sobre todo, en niños pequeños
¿CÓMO SE DIAGNOSTICA?
El diagnóstico de la tosferina se basa en la combinación de la clínica característica y pruebas de laboratorio. En la fase catarral, la sospecha clínica suele ser baja debido a la similitud de los síntomas con infecciones respiratorias virales comunes. Sin embargo, en la fase paroxística, los episodios de tos intensa sin fiebre son indicativos de la enfermedad, especialmente en lactantes no vacunados.
Las pruebas de laboratorio incluyen el cultivo de muestras de nasofaringe, que es el método diagnóstico de referencia, aunque su sensibilidad disminuye con el tiempo y el inicio del tratamiento antibiótico. La reacción en cadena de la polimerasa (PCR) se ha convertido en una herramienta valiosa debido a su alta sensibilidad y rapidez, especialmente en las primeras semanas de la enfermedad. Además, la serología puede ser útil para confirmar infecciones recientes en personas que han estado expuestas previamente o en adultos con síntomas atípicos6.
Las técnicas de imagen, como las radiografías de tórax, no son esenciales para el diagnóstico, pero pueden mostrar un patrón típico de atelectasia o consolidación secundaria a la tos persistente y la inflamación bronquial en algunos casos severos.
TRATAMIENTO
El tratamiento de la tosferina se enfoca en dos aspectos: el manejo de los síntomas y la reducción de la transmisión. Los antibióticos, especialmente los macrólidos como la azitromicina o la claritromicina, son el tratamiento de elección. Estos fármacos no solo disminuyen la duración de la transmisión, sino que también pueden acortar la severidad de los síntomas si se administran en la fase catarral o al inicio de la fase paroxística.
En los pacientes alérgicos a los macrólidos, las tetraciclinas, como la doxiciclina, son una alternativa, aunque no se recomiendan en niños menores de ocho años debido al riesgo de efectos adversos en el desarrollo dental. Para los lactantes menores de seis meses, la hospitalización puede ser necesaria para el manejo de complicaciones, como apnea, cianosis y neumonía.
El tratamiento sintomático incluye el uso de humidificadores y la hidratación adecuada. En casos graves, se puede requerir soporte ventilatorio, especialmente en lactantes que desarrollen complicaciones respiratorias.
Los antitusivos y los broncodilatadores no han demostrado ser efectivos en la reducción de los episodios de tos y, por tanto, no se recomiendan su uso de rutina.
CUANDO SE COMPLICA
Las principales complicaciones de la tosferina se dan más comúnmente entre los bebés y los niños pequeños y pueden incluir neumonía, infección del oído medio, pérdida del apetito, alteraciones del sueño, síncope (pérdida temporal de la conciencia), deshidratación, convulsiones, encefalopatía, (un desorden cerebral), episodios de apnea (breve retraso en la respiración) e incluso la muerte.
PREVENIR ES VACUNAR
La prevención de la tos ferina se basa en la vacunación. La vacuna Pentavalente que previene 5 enfermedades: Difteria, Tétanos, Coqueluche, Hepatitis B, Neumonías y Meningitis por Hib es eficaz para prevenir la enfermedad y forma parte del calendario de vacunación infantil en la mayoría de los países. Sin embargo, la inmunidad conferida por la vacuna no es permanente, y tiende a disminuir después de cinco a diez años, lo que ha llevado a la recomendación de administrar dosis de refuerzo en adolescentes y adultos jóvenes.
En nuestro país es posible prevenir esta enfermedad mediante la vacunación; la vacuna pentavalente protege contra difteria, tétanos, tosferina, poliomielitis y hepatitis B. Se administran 4 dosis a los 2, 4, 6 y 18 meses y un refuerzo a los 4 años.
PRONÓSTICO
El pronóstico de la tosferina varía según la edad y el estado de salud del paciente. En los lactantes y niños pequeños, puede ser grave e incluso mortal si no se trata adecuadamente. A partir del año de edad, la Tos Ferina no es grave ni mortal. Los jarabes para la tos, los expectorantes y los antitusígenos no se deben utilizar, especialmente en bebés.
TOSFERINA EN EL ADULTO
Con el paso de los años, los adultos se vuelven más susceptibles a la tos ferina. Además, los adultos son hasta 4,5 veces más susceptibles que los jóvenes a la neumonía como complicación de la tosferina. Enfermedades como el asma y la EPOC también podrían empeorar a consecuencia de la tosferina.
Las manifestaciones clínicas de la tosferina suelen ser atípicas en los adultos, lo cual dificulta su diagnóstico y hace que esta enfermedad se infradiagnostique de manera frecuente.
VACUNACIÓN
Cada vez más países incluyen en sus recomendaciones de vacunación la protección a lo largo de todas las etapas de la vida. Sin embargo, la cobertura en las cohortes de adultos suele ser menor de la deseada.
Ni la tosferina ni la vacunación confieren protección de por vida. Por eso, resulta importante el recuerdo vacunal frente a la enfermedad a lo largo de la vida para prevenir la tosferina y su transmisión, reduciendo la circulación del patógeno.
La vacunación de adultos mayores reduciría no solo la carga específica de enfermedad en esa población, sino también su transmisión a otros grupos de edad. Además, en pacientes con asma y EPOC, una estrategia efectiva de vacunación disminuiría las complicaciones.
CASOS EN BOLIVIA
Cada año se presentan casos de coqueluche en algunos departamentos de Bolivia, siendo Santa Cruz el que tiene más casos. Llama la atención que se presentan en niños que no han sido vacunados o que no han completado el esquema completo de vacunación.
FASES Y SÍNTOMAS
1
Fase catarral
La fase catarral aparece entre los siete y los diez días tras la exposición, esta es la fase inicial de la enfermedad y suele durar entre 1 a 2 semanas. En este estadio, las bacterias van recubriendo la tráquea, la garganta y el resto del aparato respiratorio. Los síntomas son leves y a menudo se asemejan a los de un resfriado común, lo que hace difícil diagnosticar la tos ferina en esta etapa. Durante esta fase, la persona es altamente contagiosa.
Los síntomas de la tos ferina en esta fase catarral incluyen: Estornudos, Fiebre leve, Congestión nasal o rinorrea (flujo nasal), Lagrimeo, Falta de apetito, Ronquera,
La tos Inicialmente es nocturna, pero que se va extendiendo a lo largo del día volviéndose más severa.
2
Fase Paroxística
Unos 14 días después de la exposición aparece la fase paroxística, que puede durar de 1 a 6 semanas, o incluso más. En esta fase la tos se vuelve más frecuente, ya casi sin descanso, y tiene la particularidad de que, después de cada ataque de tos, aparece una respiración forzada del paciente ante la falta de aire. Al tapizar las bacterias la vía aérea, el aire inhalado pasa silbando, produciendo un sonido agudo que da el nombre a la patología.
En esta fase los síntomas se caracterizan por:
• Ráfagas de toses rápidas y violentas, seguidas de una inhalación profunda y forzada que tiene un sonido característico.
• Vómitos después de toser.
• Fatiga extrema después de los episodios de tos.
• Puede presentar un sonido característico al tratar de respirar después de un episodio de tos.
• A pesar de la gravedad de la tos, la persona a menudo parece estar bien entre los episodios. Los episodios de tos pueden ser más frecuentes por la noche.
3
Fase de convalecencia
La última fase, la fase de convalecencia, se trata de una recuperación paulatina de los síntomas, generalmente a partir de la cuarta semana. La tos paroxística puede recurrir durante semanas o meses, provocada por alguna irritación o infección viral de las vías altas respiratorias, ya que la zona se encuentra aún muy sensible tras la infección. La infección propiamente dicha suele durar una media de unas seis semanas. En resumen, los síntomas de la tos ferina en la fase de convalecencia podrían incluir: Una disminución gradual de la frecuencia e intensidad de los episodios de tos, Recuperación gradual de la fuerza y la salud. Posible persistencia de episodios de tos, especialmente en respuesta a infecciones respiratorias leves.
FORMA DE CONTAGIO
La tos ferina se contagia de las siguientes maneras:
Cuando una persona infectada habla, tose o estornuda, dispersando gotitas pequeñas que contienen el bacilo. Las gotitas se quedan durante unos instantes en suspensión en el aire, por lo pueden ser inhaladas por las personas cercanas.
También puede ser transmitida por contacto con las manos, pañuelos desechables y otros artículos manchados por la nariz y la garganta de los enfermos.
El periodo de incubación de la Tos ferina (Tiempo que transcurre desde el contagio hasta la aparición de los síntomas) es de 7 a 10 días, en algunos casos hasta los 21 días.
El periodo de transmisibilidad es desde el día 7 después de la exposición hasta 3 semanas después del inicio de la tos.
* El Dr. Víctor Hugo Vásquez Chungara es médico general.