Metales pesados y su efecto en el organismo

La contaminación por metales pesados afecta la salud humana y el equilibrio de los ecosistemas. Elementos como el mercurio (Hg), el plomo (Pb), el arsénico (As) y el cadmio (Cd) se han acumulado en el suelo, en el agua y en los alimentos debido a la actividad industrial, a la minería, a la contaminación de los ríos y al uso indiscriminado de fertilizantes e insecticidas químicos. Su presencia en altas concentraciones ha sido vinculada con enfermedades graves y alteraciones en la cadena trófica.

FUENTES DE CONTAMINACIÓN

Los metales pesados son liberados en el ambiente principalmente por la explotación minera, la industria metalúrgica, la quema de combustibles fósiles y el uso de productos químicos en la agricultura. En países como Colombia, estudios han detectado mercurio en fuentes de agua en Antioquia y Boyacá, arsénico en cultivos de Nariño y plomo en vegetales del Chocó. A nivel mundial, casos similares han sido reportados en Indonesia, Japón, México y Chile, donde se han encontrado altas concentraciones de estos elementos en peces y mariscos.

En Bolivia, según el Centro de Información Toxicológica Viedma (CITOV), se han registrado casos por intoxicación de metales pesados como el plomo, mercurio y arsénico a consecuencia de la explotación minera en regiones como Oruro y Potosí. Sin embargo, estos reportes provienen de laboratorios particulares, careciendo de reportes del sector público y por lo tanto de estudios que revelen el verdadero impacto en la población boliviana. 

El problema radica en que estos metales no se degradan en el ambiente, sino que se acumulan en los organismos vivos, alterando el funcionamiento de los ecosistemas y la salud de las especies expuestas. A través de la cadena alimentaria, llegan al ser humano, donde pueden generar graves trastornos de salud.

EFECTOS EN LA SALUD

La exposición prolongada a metales pesados puede causar daños en diferentes órganos y sistemas del cuerpo. El plomo, por ejemplo, afecta el desarrollo neurológico en niños y puede provocar anemia, insuficiencia renal y trastornos cardiovasculares en adultos. El mercurio, presente en el pescado contaminado, tiene efectos neurotóxicos y puede causar problemas en el desarrollo fetal. El cadmio, utilizado en baterías y fertilizantes, se acumula en los riñones, generando disfunción renal y osteoporosis.

Estudios recientes revelan que las concentraciones de plomo en los huesos humanos han aumentado entre 400 y 1.000 veces en los últimos siglos debido a la contaminación ambiental y la ingesta de alimentos contaminados. Además, el arsénico, presente en el agua potable de algunas regiones, ha sido asociado con cáncer de piel, vejiga y pulmón.

REACCIONES URGENTES

A pesar de que algunos metales pesados cumplen funciones biológicas esenciales en el organismo en bajas concentraciones, su exceso puede ser letal. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado sobre la necesidad de establecer regulaciones más estrictas en la industria, en la minería y la agricultura para minimizar la liberación de estos contaminantes al medioambiente.

Es fundamental promover políticas de monitoreo y remediación de suelos y cuerpos de agua, así como fomentar el consumo responsable de alimentos menos expuestos a la contaminación. La educación y la concienciación de la población también juegan un papel clave en la reducción de riesgos.

La contaminación por metales pesados es un problema que está presente en Bolivia y en otros países del mundo que requiere atención y una respuesta inmediata. Solo con medidas efectivas y el compromiso de gobiernos, empresas y ciudadanos se podrá mitigar su impacto y proteger la salud de las futuras generaciones.

PARA SABER

METALES INCORPORADOS

Los metales pesados se encuentran de manera natural en el ambiente en concentraciones, que, por lo general, no perjudican. Algunos forman complejos solubles y son transportados y distribuidos a los ecosistemas hasta incorporarse en la cadena trófica (suelo, agua, plantas, semillas y forrajes).

EL PLOMO

La absorción de plomo es un grave riesgo de salud pública provocando retraso en el desarrollo mental e intelectual de los niños, hipertensión y enfermedades cardiovasculares en adultos. 

La absorción de plomo por vía oral es cerca al 10% en adultos y se puede incrementar hasta 50% en niños.

 

* Redacción MI DOCTOR en base a la investigación de Luis Fernando y Paula Londoño y Fabián Muños García, publicada en Scielo