Dependencia digital y el síndrome de visión por computadora
La hiperconectividad tiene un alto precio. Millones de personas en todo el mundo padecen fatiga visual digital, también conocida como síndrome de visión por computadora
Hoy en día resulta difícil imaginar un día sin pantallas. Desde el teléfono móvil que revisamos al despertar hasta la computadora o tableta que usamos en el trabajo y que escogemos como entretenimiento o hobby en nuestro tiempo libre, la exposición prolongada a dispositivos digitales se ha vuelto una constante.
Según la Asociación Americana de Optometría (AOA), más del 59% de los adultos en Estados Unidos reportan síntomas de fatiga visual relacionados con el uso de dispositivos digitales y a nivel internacional, un estudio publicado en BMC Ophthalmology, en 2023 estimó que al menos el 50% de los usuarios de pantallas en todo el mundo experimentan algún grado de molestia ocular tras más de dos horas de uso continuo de sus dispositivos electrónicos.
FATIGA VISUAL DIGITAL
La fatiga visual digital se manifiesta a través de una serie de síntomas que van desde visión borrosa, ardor ocular, picazón, enrojecimiento y sequedad, hasta dolores de cabeza, tensión en el cuello y hombros. En muchos casos, estos síntomas son temporales, pero pueden volverse crónicos si no se toman medidas preventivas.
El problema radica en la manera en que nuestros ojos interactúan con las pantallas. Cuando observamos un monitor, disminuimos la frecuencia de parpadeo —de 15-20 veces por minuto a tan solo 5-7—, lo que genera sequedad y molestias. Además, el enfoque constante en distancias cortas produce un esfuerzo muscular prolongado en los ojos, conocido como "acomodación", que puede derivar en visión doble o borrosa al alejar la mirada.
El impacto de la pandemia de COVID-19 fue especialmente significativo. Durante los confinamientos, el tiempo promedio frente a pantallas aumentó de 4-5 horas diarias. En niños y adolescentes, esta cifra incluso llegó a superar las 12 horas diarias en entornos de educación virtual, exacerbando los síntomas de fatiga visual en la población escolar.
DETRÁS DE LA LUZ AZUL
Existe la creencia generalizada de que la luz azul emitida por dispositivos digitales es la principal responsable de la fatiga ocular. investigaciones del National Eye Institute aclaran que, aunque la luz azul puede interferir en los ritmos circadianos y la calidad del sueño, no hay evidencia concluyente de que cause daño estructural permanente en los ojos.
En realidad, los factores más influyentes son la mala ergonomía, el uso excesivo de pantallas sin pausas y las condiciones ambientales inadecuadas, como una iluminación deficiente o aire seco.
Es posible mejorar el sueño sin lentes especiales disminuyendo el tiempo que pasa frente a las pantallas por la noche y usando los dispositivos en modo nocturno.
El cansancio visual que provocan los dispositivos digitales no es consecuencia de la luz azul si no del uso excesivo de estos.
NIÑOS Y ADOLESCENTES, GRANDES VÍCTIMAS
La exposición digital comienza a edades cada vez más tempranas. Más del 70% de los niños menores de 12 años con acceso a un celular o un equipo de computadora, pasan más de dos horas al día frente a una pantalla. El riesgo no solo radica en el impacto visual, sino también en el desarrollo neurológico, la calidad del sueño y la salud postural.
Los oftalmólogos pediátricos recomiendan limitar el tiempo de exposición según la edad. Para menores de cinco años, el máximo debería ser una hora diaria; para escolares y adolescentes, se sugiere equilibrar el tiempo de pantalla con actividades al aire libre, al menos una hora al día, lo cual ha demostrado ser beneficioso para prevenir la miopía progresiva.
CUÁNDO BUSCAR AYUDA
Si los síntomas de fatiga visual digital se vuelven persistentes —especialmente si incluyen visión doble, dolor de cabeza constante o dificultad para enfocar—, se debe acudir a un profesional de la salud visual cuanto antes. Un examen oftalmológico completo puede revelar errores de refracción no corregidos, astigmatismo, presbicia incipiente o signos de ojo seco severo.
APRENDER A PREVENIR
La fatiga visual digital es una consecuencia directa de nuestros estilos de vida modernos. La conciencia pública, la educación sobre buenos hábitos digitales y el diseño de entornos más saludables pueden hacer una gran diferencia.
Tomarse descansos, ajustar la postura, optimizar el entorno de trabajo y acudir a revisiones oftalmológicas periódicas no solo ayudan a cuidar la vista, sino que también pueden mejorar la productividad y el bienestar general.
En un mundo cada vez más digital, cuidar los ojos no debería ser una opción, sino una prioridad.
OJO SECO
La ciencia trabaja para ofrecer soluciones innovadoras. Uno de los desarrollos más prometedores son los estimuladores de los receptores de frío en la superficie ocular y ayudan a aliviar el síndrome del ojo seco que es parte de la fatiga visual digital. La proteína (denominada TRPM8), está situada en las fibras nerviosas de la superficie de la córnea, como sensores encargados de medir la hidratación de la película lagrimal.
BIOSENSORES INTEGRADOS EN LENTES DE CONTACTO
Empresas tecnológicas han desarrollado biosensores integrados en lentes de contacto o parches suboculares que analizan la composición de las lágrimas en tiempo real. Estos dispositivos podrían detectar desequilibrios químicos relacionados con la salud ocular y sistémica, permitiendo diagnósticos más precisos y tratamientos personalizados.
PANTALLAS DE BAJA EMISIÓN DE LUZ
Se están diseñando monitores con tecnología de enfoque variable y pantallas de baja emisión de luz azul certificada, que adaptan automáticamente la intensidad lumínica según la hora del día y la fatiga visual percibida por el usuario.
¿Cómo prevenir el cansancio ocular por las pantallas?
Una de las recomendaciones de los expertos en salud visual es la regla 20-20-20: cada 20 minutos, mirar un objeto a 20 pies (aproximadamente seis metros) de distancia durante al menos 20 segundos. Esta simple técnica permite relajar los músculos oculares y prevenir el esfuerzo continuo del enfoque cercano.
Otras recomendaciones prácticas:
1. Parpadear conscientemente
Recordar parpadear con frecuencia ayuda a mantener la superficie ocular lubricada.
2. Ajustes ergonómicos
Coloca la pantalla entre 50 y 70 centímetros de los ojos y ligeramente por debajo del nivel de la vista. Ajusta el brillo y el contraste para evitar reflejos, y utiliza letras grandes y fuentes legibles.
3. Ambiente óptimo
Mantener una humedad relativa adecuada —entre el 40 y el 60%— es fundamental. El uso de humidificadores y purificadores de aire puede mejorar notablemente el confort ocular, especialmente en oficinas cerradas.
4. Uso de lágrimas artificiales
Para quienes padecen sequedad ocular, las lágrimas artificiales de venta libre pueden ofrecer alivio temporal, aunque es importante consultar con un oftalmólogo para descartar afecciones más serias.
PARA SABER
DESDE LA PANDEMIA
Durante la pandemia por el Covid 19, el tiempo promedio frente a pantallas aumentó de 4-5 horas diarias en el caso de los adultos. En niños y adolescentes, esta cifra incluso llegó a superar las 12 horas diarias por los entornos de educación virtual.