Detectar y eliminar el Helicobacter con éxito
La ciencia busca conocer la existencia de esta bacteria en el estómago y prevenirla de una forma efectiva, de manera que las personas puedan hacerse controles frecuentes porque es muy fácil contagiarse de la Helicobacter pylori, que ocasiona molestias crónicas.
Aunque muchas veces pasa desapercibida, la Helicobacter pylori es una de las infecciones más comunes en el mundo. Esta bacteria tiene la habilidad de sobrevivir en uno de los entornos más hostiles del cuerpo humano y más ácidos como es el estómago. Su presencia, que muchas veces es silenciosa puede derivar en afecciones como gastritis, úlceras gástricas o duodenales, e incluso aumentar el riesgo de cáncer gástrico si no se trata adecuadamente.
El doctor Conrado Fernández Rodríguez, jefe de la Unidad de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Fundación Alcorcón y profesor de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, explica que, a pesar de su potencial dañino, la H. pylori puede diagnosticarse fácilmente y eliminarse con un tratamiento eficaz.
ESCUDO QUÍMICO
Lo que hace particularmente resistente a esta bacteria es su capacidad de protegerse del ácido gástrico. Lo logra gracias a una enzima que actúa como un “escudo químico” y le permite vivir bajo la capa de moco que recubre el estómago, lugar donde encuentra las condiciones ideales para sobrevivir y multiplicarse.
Según el doctor Fernández Rodríguez, la infección por H. pylori suele contraerse en la infancia, especialmente en lugares con condiciones higiénicas deficientes o hacinamiento. Las vías más comunes de contagio son la fecal-oral (a través de agua o alimentos contaminados) y la oral-oral, como al compartir utensilios o por contacto con la saliva.
“No existe una vacuna contra esta bacteria, pero mantener una higiene adecuada —lavarse bien las manos, consumir agua potable, evitar compartir utensilios— reduce significativamente el riesgo de contagio”, señala el especialista.
¿CÓMO SABER SI ESTÁ PRESENTE?
En la mayoría de los casos, las personas infectadas no presentan síntomas. Sin embargo, cuando estos aparecen, suelen manifestarse como molestias persistentes en la parte alta del abdomen, sensación de ardor o acidez, digestiones pesadas, náuseas, hinchazón e incluso pérdida de apetito.
PRUEBAS NO INVASIVAS
La detección de la Helicobacter pylori se ha vuelto cada vez más accesible gracias a pruebas rápidas, no invasivas y altamente confiables. Las dos más utilizadas son:
• Test del aliento: el paciente ingiere una solución con urea. Si la bacteria está presente, descompone la urea y libera un gas que se detecta en el aire exhalado. Es una prueba sencilla y muy fiable.
• Test de antígenos en heces: detecta proteínas de la bacteria en las deposiciones. También es precisa y fácil de realizar.
Ambas pruebas permiten no solo diagnosticar la infección, sino confirmar su eliminación tras el tratamiento. En casos más complejos o cuando se sospechan lesiones en el estómago, se recurre a una biopsia gástrica mediante endoscopia, que además permite evaluar posibles complicaciones.
Existe también la prueba serológica, que mide anticuerpos en sangre, pero ha caído en desuso ya que no distingue entre una infección activa y una pasada.
FACTORES QUE ALTERAN EL DIAGNÓSTICO
El doctor Fernández subraya que ciertos medicamentos pueden interferir en la fiabilidad de las pruebas. “Los inhibidores del ácido gástrico o los antibióticos tomados recientemente pueden dar falsos negativos. Por eso se recomienda esperar algunas semanas después de finalizar el tratamiento antes de realizar pruebas de confirmación”. La clave seguir al pie de la letra las indicaciones médicas antes de hacerse cualquier test. Esto garantiza que el resultado refleje con precisión la presencia o ausencia de la bacteria.
TRATAMIENTO EFICAZ
Cuando se confirma la infección, el tratamiento combina varios antibióticos con medicamentos que reducen la acidez estomacal, lo cual facilita la acción de los antibióticos y ayuda a reparar la mucosa gástrica.
“El tratamiento dura entre 10 y 14 días. En algunos casos, se pueden añadir sales de bismuto, sobre todo si hay sospecha de resistencias bacterianas”, enfatiza el doctor Fernández Rodríguez.
Gracias a esta combinación terapéutica, las tasas de curación son muy altas. Tras completar el tratamiento, se recomienda realizar nuevamente el test del aliento o el de antígenos en heces, para confirmar que la bacteria ha desaparecido por completo.
SÍNTOMAS ESCONDIDOS
La bacteria Helicobacter pylori (H. pylori) no siempre presenta síntomas, pero puede causar:
• Gastritis, inflamación del estómago
• Úlceras pépticas, que son llagas en el estómago, el intestino delgado o el esófago
• Erupciones cutáneas raras o rosácea repentina
• Problemas en la boca, como aftas, ardor en la lengua, sequedad en la boca, o halitosis
• Dolor o malestar en la mitad superior del abdomen
• Sensación de llenura o distención abdominal
• Hambre y sensación de tener el estómago vacío
• Náuseas y vómitos
• Eructos
• Pérdida de apetito
• Bajar de peso
• Indigestión (dispepsia)
* Redacción MI DOCTOR en base a un artículo de Infosalus.com