¿Podemos heredar el sufrimiento de nuestros antepasados?

La ciencia ha comenzado a explorar uno de los terrenos más fascinantes y polémicos de la genética moderna: la epigenética y su papel en la transmisión del trauma entre generaciones

¿Podemos heredar el sufrimiento   de nuestros antepasados?

¿Podemos heredar el sufrimiento de nuestros antepasados?

¿Podemos heredar el sufrimiento   de nuestros antepasados?

¿Podemos heredar el sufrimiento de nuestros antepasados?


    Dr. Víctor Hugo Vásquez Chungara
    Mi Doctor / 11/06/2025 01:51

    La epigenética es una rama emergente de la biología molecular que está revolucionando la comprensión del ADN humano y está cambiando la forma en que la que se abordan las enfermedades mentales, los trastornos del comportamiento y la salud emocional.

    La epigenética estudia los cambios hereditarios en la expresión génica que no implican alteraciones en la secuencia del ADN. En otras palabras, el entorno, el estrés, la nutrición, e incluso las experiencias emocionales pueden “marcar” nuestros genes, activando o desactivando su expresión. Estas marcas epigenéticas pueden, en ciertos casos, transmitirse a las generaciones siguientes, lo que plantea una pregunta inquietante: ¿Es posible que los traumas vividos por nuestros padres o abuelos se manifiesten en nosotros, aunque no los hayamos experimentado directamente?

    LOS HIJOS DEL HOLOCAUSTO

    Uno de los estudios más citados en este campo es el realizado por Rachel Yehuda, profesora de psiquiatría y neurociencia en la Escuela de Medicina Icahn en el Monte Sinaí de Nueva York. En 2015, Yehuda publicó un estudio en Biological Psychiatry que analizó a hijos de sobrevivientes del Holocausto. El estudio encontró que tanto los sobrevivientes como sus descendientes presentaban cambios epigenéticos en el gen relacionado con la regulación del estrés (NR3C1), lo que sugiere una transmisión biológica del trauma.

    Según Yehuda, “los efectos del trauma pueden ser observados en generaciones posteriores, no solamente a través de factores sociales o psicológicos, sino también a través de mecanismos biológicos heredables”. Esto no significa que los hijos hereden el trauma en sí, sino que pueden heredar una mayor vulnerabilidad al estrés o a ciertos trastornos emocionales, producto de estas marcas epigenéticas.

    OTRO ESTUDIO CLAVE

    En el Instituto Max Planck de Psiquiatría en Alemania, investigadores sometieron a ratones a situaciones de estrés severo y luego analizaron a su descendencia. Descubrieron que los ratones hijos, e incluso nietos, mostraban alteraciones en el comportamiento, como ansiedad y depresión, a pesar de no haber sido expuestos directamente al estrés. Estas alteraciones se correspondían con cambios epigenéticos en el esperma de los ratones padres, lo que apuntaba a una transmisión intergeneracional.

    TRAUMAS COLECTIVOS

    La epigenética del trauma no solo se aplica a casos individuales, sino también a traumas colectivos. Las poblaciones que han sufrido genocidios, guerras, esclavitud o desplazamientos forzados presentan tasas elevadas de enfermedades mentales, lo que podría tener una base epigenética.

    Un caso paradigmático es el de los afroamericanos en Estados Unidos. Investigadores del National Institute on Minority Health and Health Disparities han examinado cómo la experiencia histórica de la esclavitud, el racismo sistémico y la pobreza pueden haber dejado marcas epigenéticas que afectan la salud física y mental de las generaciones actuales. Aunque aún se requieren más estudios para establecer conexiones directas, las evidencias preliminares son significativas.

    LOS LÍMITES DE LA TEORÍA

    A pesar del entusiasmo, la teoría de la herencia epigenética del trauma no está exenta de controversias. Algunos científicos advierten que los estudios actuales, aunque sugestivos, no siempre prueban causalidad. La epigenética es un campo joven, y aún no hay consenso sobre qué marcas epigenéticas pueden atravesar el proceso de reprogramación que ocurre durante la formación del embrión en el vientre de su madre.

    “Debemos tener cautela al extrapolar hallazgos en animales a los humanos”, señala el genetista británico Marcus Pembrey, coautor de un estudio sobre la herencia epigenética en una población sueca. “Aun así, las posibilidades son intrigantes y merecen un análisis profundo”.

    Otro punto crítico es separar los efectos epigenéticos de los factores sociales y educativos. ¿Qué parte del comportamiento de los hijos de personas traumatizadas se debe a una transmisión biológica y cuál a la crianza o entorno? La ciencia aún está descifrando esta compleja interacción entre genes y ambiente.

    ¿POR QUÉ IMPORTA TANTO?

    Comprender la posible transmisión epigenética del trauma tiene profundas implicancias para la medicina, la psicología y las políticas públicas. Si ciertos traumas pueden heredarse biológicamente, los enfoques terapéuticos también deben adaptarse. Por ejemplo, hijos de personas que vivieron eventos traumáticos podrían beneficiarse de intervenciones preventivas en salud mental, incluso antes de mostrar síntomas.

    Desde una perspectiva de salud pública, aceptar la posibilidad de una herencia epigenética del trauma podría fortalecer la necesidad de reparación histórica y apoyo a comunidades afectadas por violencia estructural. También cambiaría la narrativa de la salud mental. El sufrimiento de una persona podría no ser solo el resultado de su experiencia directa, sino de una historia más amplia grabada en sus genes.

    Además, la epigenética abre nuevas puertas para la investigación de tratamientos. Si se identifican con precisión las marcas epigenéticas del trauma, sería posible desarrollar medicamentos o terapias que reviertan esas modificaciones sin alterar el ADN.

    Futuro del campo

    Hoy en día, los estudios de epigenética se están expandiendo gracias al desarrollo de tecnologías como la secuenciación del genoma a bajo costo y las herramientas de edición genética como CRISPR. En el futuro, será posible rastrear con mayor precisión cómo ciertos traumas afectan la expresión génica y qué condiciones son necesarias para que esas marcas se hereden.

    Conclusión

    La epigenética está revelando una verdad profunda: nuestras vidas están marcadas no solo por lo que vivimos, sino también por lo que vivieron nuestros antepasados. Aunque la ciencia aún tiene mucho por descubrir, los hallazgos hasta ahora sugieren que el trauma puede dejar huellas más duraderas de lo que se pensaba, trascendiendo generaciones y desafiando la noción clásica de herencia genética.

    Como dijo la doctora Yehuda: “Tal vez no heredemos las memorias de nuestros antepasados, pero sí sus cicatrices”. Comprender estas cicatrices no solo es una cuestión científica, sino también una forma de reconciliarnos con nuestra historia.

    PARA SABER

    EPIGENÉTICA

    La epigenética estudia cómo el entorno y el estilo de vida afectan la expresión de los genes sin modificar la secuencia del ADN. Analiza cambios heredables que activan o desactivan genes, influyendo en la producción de proteínas y en la salud.

    TRAUMAS HEREDADOS 

    El sufrimiento de una persona podría no ser solo el resultado de su experiencia directa, sino de una historia más amplia grabada en sus genes.

    BANCOS DE TRAUMAS 

    Se están desarrollando bancos de datos epigenéticos que permiten estudiar a largo plazo poblaciones expuestas a traumas sociales, como refugiados o víctimas de violencia. Estas investigaciones podrían redefinir el entendimiento del bienestar humano como un fenómeno profundamente intergeneracional.

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