Macerados con propiedades para aliviar el estrés y la ansiedad
Es posible recuperar el bienestar a través de la naturaleza, donde se encuentran gran parte de los componentes de los medicamentos farmacéuticos.
Es posible recuperar el bienestar a través de la naturaleza, donde se encuentran gran parte de los componentes de los medicamentos farmacéuticos. Los macerados andinos son una forma de reconectar con la tierra y con prácticas de autocuidado que han acompañado a generaciones. Estas fórmulas sencillas pero efectivas nos ayudan a sanar y a detenernos para que la naturaleza haga su trabajo
Las personas están volviendo la mirada hacia los saberes ancestrales para encontrar alivio a problemas cotidianos como es el estrés y la ansiedad. Uno de esos saberes proviene de las comunidades andinas, que durante siglos han preparado macerados con plantas medicinales como el molle, la hierba buena, la ruda o la manzanilla, con el propósito de relajar el cuerpo y la mente.
MEDICINA TRADICIONAL
Los macerados andinos son aceites o infusiones en los que se dejan reposar, por varios días o incluso semanas, diferentes hierbas con propiedades terapéuticas. La tradición oral ha mantenido viva esta práctica, utilizada comúnmente en masajes corporales y recomendado para baños de inmersión, para tratar el agotamiento físico y emocional.
En las comunidades rurales de Bolivia, es muy común que después de una jornada de trabajo duro, las personas recurran a baños con hojas de molle o de ruda para recuperar energía y equilibrar el espíritu, según explica la etnobotánica Ruth Callisaya, quien ha estudiado las propiedades medicinales de las plantas altoandinas.
LAS MÁS UTILIZADAS
Cada planta aporta beneficios particulares. El molle (Schinus molle), conocido por su característico aroma y su poder antiinflamatorio, se utiliza para relajar los músculos tensos. La hierba buena (Mentha spicata) tiene un efecto calmante sobre el sistema nervioso y es ideal para aliviar la ansiedad. La ruda (Ruta graveolens), por su parte, ha sido utilizada tradicionalmente para limpiar energías negativas y reducir el nerviosismo. Finalmente, la manzanilla (Matricaria chamomilla), de flores pequeñas, pero de gran poder, es famosa por sus propiedades sedantes y antiestresantes. Además de los macerados, se consume como mate.
¿CÓMO PREPARAR UN MACERADO?
Preparar un macerado no requiere de conocimientos avanzados. El proceso básico consiste en llenar un frasco de vidrio con las hierbas frescas o secas y cubrirlas completamente con un aceite base, que puede ser de oliva o de almendra.
Pasos básicos:
• Lava y seca las hojas o flores seleccionadas.
• Colócalas en un frasco de vidrio limpio.
• Llena el frasco con el aceite base asegurándote de cubrir bien las plantas.
• Tapa el frasco y déjalo reposar en un lugar cálido, pero sin exposición directa al sol, durante 15 a 30 días.
• También lo puedes cubrir con alcohol y si se trata de hojas verdes, debes dejarlo macerando expuesto al sol. Esto sobre todo para obtener un alcohol verde a base de romero, eucalipto y molle para friccionar en las articulaciones o músculos adoloridos.
• Agita el frasco cada dos días para potenciar la extracción de principios activos.
• Después del tiempo de maceración, filtra el contenido y guarda el aceite o el alcohol resultante en una botella oscura.
Este aceite o el alcohol puede aplicarse directamente sobre la piel mediante masajes suaves, sobre todo en el cuello, hombros o espalda, zonas donde el estrés se acumula con frecuencia. También se puede añadir unas gotas al agua de baño para obtener un efecto relajante integral.
Es importante recordar que, aunque estos preparados son naturales, pueden causar reacciones alérgicas en personas sensibles. Se recomienda hacer una pequeña prueba en la piel antes de un uso más amplio.
Anímate por poner en práctica estas recetas de autocuidado que han acompañado a generaciones.
COLABORAN EN ESTA EDICIÓN:
Dr. Víctor Hugo Vásquez Chungara