Plagas urbanas. Enfermedades transmitidas por animales en las ciudades
Los perros, gatos, roedores, palomas y otras especies urbanas representan una amenaza silenciosa para la salud pública. Convivir con mascotas y compartir la ciudad con diversas especies animales no tiene por qué representar un riesgo, siempre que se adopten las medidas de higiene y control adecuadas
Los perros, gatos, roedores, palomas y otras especies urbanas representan una amenaza silenciosa para la salud pública. Convivir con mascotas y compartir la ciudad con diversas especies animales no tiene por qué representar un riesgo, siempre que se adopten las medidas de higiene y control adecuadas. La salud pública es responsabilidad de todos
ANIMALES EN LA CONVIVENCIA COTIDIANA
La vida en las ciudades implica relaciones cercanas con animales ya sea voluntaria o involuntariamente. Muchos tenemos mascotas y estamos sometidos a la presencia constante de fauna urbana como perros callejeros, palomas, ratas, chulipis u otras. Esta interacción cotidiana, que parece inofensiva, puede derivar en riesgos para la salud pública a través de las zoonosis urbanas y enfermedades que se transmiten de los animales a los humanos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que el 60% de todas las enfermedades infecciosas conocidas son zoonóticas, y que su incidencia está en aumento debido a factores como el crecimiento desordenado de las ciudades y la tenencia irresponsable de animales.
Según estimaciones de la Alcaldía de Sucre, entre el 2022 había en las alles entre 40.000 y 50.000 perros deambulando. El SEDES Chuquisaca, en 2024, ofreció una estimación mucho más baja, señalando que existen alrededor de 4.000 a 5.000 canes en abandono. Los perros que tienen dueño igualmente deambulan por las calles con todos los riesgos para la salud pública que ello conlleva. Según un estudio de la USFXCH en 2021, la población total de canes superaba los 100.000.
POSIBLES TRANSMISORES
1. Perros y gatos
Entre las zoonosis más comunes asociadas a mascotas están:
• Rabia. Aunque el número de casos ha disminuido gracias a campañas de vacunación, la rabia canina sigue presente en algunos países de América Latina. Una mordedura de un perro no vacunado puede ser mortal si no se administra el tratamiento post-exposición a tiempo.
• Toxoplasmosis. Transmitida principalmente por gatos, esta infección por el parásito Toxoplasma gondii puede ser especialmente peligrosa para mujeres embarazadas y personas inmunodeprimidas. El contagio se da al manipular heces de gatos infectados o al consumir alimentos contaminados.
• Parásitos intestinales. Los perros pueden ser portadores de lombrices como Toxocara canis, cuyos huevos presentes en el suelo o en superficies contaminadas pueden provocar en humanos la llamada “larva migrans visceral o ocular”.
• Campilobacteriosis y Salmonelosis. Ambas infecciones bacterianas pueden transmitirse por el contacto con heces de animales domésticos.
Innegablemente en las ciudades hay heces de perro en todas las calles. Estudios han demostrado que en el polvo, hay restos de heces de los animales arrastrados por el viento, posándose en los alimentos e ingresando por las mucosas.
2. ROEDORES URBANOS
Las ratas y ratones que infestan las alcantarillas, los mercados y depósitos de basura son vectores de múltiples enfermedades:
• Leptospirosis. Causada por la bacteria Leptospira, se contrae al entrar en contacto con agua o suelo contaminado por orina de roedores infectados. Se presenta con fiebre, dolor muscular y, en casos graves, insuficiencia hepática o renal.
• Fiebre por mordedura de rata. Una infección bacteriana que puede provocar fiebre alta, erupciones cutáneas y dolor articular.
• Hantavirus. Se transmite por inhalación de partículas de heces o saliva de roedores infectados. Puede causar el síndrome pulmonar por hantavirus, una afección grave y potencialmente mortal.
• Tifus murino. Transmitido por pulgas de las ratas, puede provocar fiebre, escalofríos y erupciones cutáneas.
3. PALOMAS, “RATONES DEL AIRE”
Las palomas, habituales en plazas, parques y techos de edificios, son portadoras de varias enfermedades zoonóticas que afectan especialmente a niños, ancianos y personas inmunodeprimidas.
Principales enfermedades asociadas:
• Histoplasmosis. Causada por un hongo que crece en excrementos de aves como palomas. Al inhalar esporas presentes en el polvo de áreas contaminadas, las personas pueden desarrollar una infección pulmonar similar a una neumonía.
• Criptococosis. Otra enfermedad fúngica causada por Cryptococcus neoformans, presente también en excrementos de paloma. En personas inmunodeprimidas, puede provocar meningitis potencialmente mortal.
• Psitacosis (fiebre del loro). Aunque más común en aves exóticas, las palomas pueden portar Chlamydia psittaci, bacteria que produce fiebre, neumonía y dolor de cabeza.
• Salmonelosis. Las heces de paloma pueden contener Salmonella, que puede contaminar superficies y alimentos.
• Infestación. Este es un problema adicional. Las palomas urbanas, por su sobrepoblación, aumentan el riesgo de infestación por ectoparásitos como ácaros y garrapatas, que también pueden morder a humanos causando irritaciones y reacciones alérgicas.
4. PLAGAS DE INSECTOS
Insectos como cucarachas, pulgas y garrapatas también desempeñan un papel importante en la transmisión de zoonosis.
• Cucarachas. Actúan como vectores mecánicos de bacterias como E. coli, Salmonella y Shigella, contaminando alimentos y utensilios de cocina.
• Pulgas. Además de causar picaduras molestas, pueden transmitir la bacteria que provoca el tifus murino o incluso Yersinia pestis, agente causante de la peste bubónica en zonas donde persiste.
• Garrapatas. Aunque más comunes en áreas rurales, algunas especies de garrapatas pueden encontrarse en zonas urbanas y transmitir enfermedades como la fiebre maculosa, la enfermedad de Lyme o el mal de chagas.
RIESGO EN LAS CIUDADES
Entre los principales factores que aumentan el riesgo de zoonosis en entornos urbanos destacan:
• Sobrepoblación de animales callejeros. La falta de control de población de perros, gatos y palomas genera focos de infección.
• Manejo inadecuado de residuos. Los desechos orgánicos mal gestionados son fuente de alimento para ratas, cucarachas y palomas.
• Infraestructura deficiente. Alcantarillados rotos, edificios abandonados o mal mantenimiento de espacios públicos facilitan el hábitat de plagas.
• Falta de control veterinario. La ausencia de desparasitación y vacunación de mascotas aumenta el riesgo de transmisión.
Las zoonosis urbanas son un desafío pero controlable si se actúa pensando en la salud pública. Existen medidas preventivas que se pueden aplicar, educación comunitaria y una política urbana centrada en el control de plagas y la tenencia responsable de animales, es posible reducir significativamente la incidencia de estas enfermedades.
PARA PREVENIR
La prevención de las zoonosis urbanas requiere de una acción coordinada entre la ciudadanía, las autoridades de salud y los municipios.
Medidas recomendadas:
• Mantener al día las vacunas y desparasitaciones de mascotas.
• Controlar las poblaciones de animales callejeros a través de campañas de esterilización, vacunación y de retiro de las calles para adopción, idealmente.
• Implementar programas sostenidos de control de plagas urbanas.
• Evitar alimentar a palomas o dejar restos de comida en parques y plazas.
• Mantener limpios los espacios comunes y evitar la acumulación de basura.
• Sellar grietas y accesos que puedan ser utilizados por roedores.
• En caso de manipular nidos de palomas o áreas contaminadas, usar mascarilla y guantes para evitar la inhalación de esporas fúngicas.
• Levantar las heces de sus mascotas cuando las saque a pasear a la calle y No dejar que sus mascotas salgan de casa a deambular las calles