Los agentes secretos que eliminan amenazas en tu cuerpo, las células T
Las células T citotóxicas trabajan dentro de ti sin hacer ruido. No buscan reconocimiento, pero están siempre listas para sacrificarse por el bien del cuerpo. Sin ellas, nuestra salud estaría en constante peligro
En el organismo humano existe un ejército invisible que trabaja día y noche para mantenernos sanos. Entre sus miembros más destacados están las células T citotóxicas, también llamadas linfocitos T CD8+. Son como los agentes secretos del sistema inmune que se infiltran, detectan células peligrosas y las eliminan sin dudarlo.
NACEN PARA DEFENDER
Nacen en la médula ósea, donde se forman los glóbulos blancos. Algunas de estas células viajan hasta un “centro de entrenamiento” llamado timo, ubicado justo encima del corazón. Allí aprenden a reconocer quién es amigo y quién es enemigo, superando una especie de “prueba de lealtad” para asegurarse de que no atacarán a las células sanas del cuerpo.
DESTRUYEN LO PELIGROSO
Su misión es muy específica: encontrar y destruir células infectadas por virus, bacterias que viven dentro de las células o células que han mutado y pueden convertirse en cancerosas. No atacan a los invasores directamente, sino que van tras las células que los esconden, cortando así el problema de raíz.
EJECUCIÓN DE LA MISIÓN
Cada célula del cuerpo tiene un pequeño “carnet de identidad” en su superficie, hecho de proteínas llamadas MHC clase I. Si una célula está infectada, ese carnet cambia y muestra un fragmento del virus o bacteria.
Cuando una célula T citotóxica ve un carnet sospechoso, lo detecta gracias a un sensor especial llamado receptor de célula T (TCR). Una vez segura de que la célula es peligrosa, la linfocito se pega a ella y libera armas químicas como perforinas y granzimas. Las perforinas agujerean la membrana de la célula, y las granzimas activan su autodestrucción. Todo sucede con precisión quirúrgica.
PAPEL DE SUS RECEPTORES
Cada célula T citotóxica tiene un TCR único, como si fuera un código secreto que solo encaja con un tipo de amenaza. Esto explica por qué el sistema inmune recuerda ciertas enfermedades, por esta razón, si el mismo virus o bacteria intenta atacar otra vez, las células T reaccionan más rápido y con más fuerza.
ENFERMEDADES GRAVES
Estas células no solo nos protegen de resfriados o infecciones comunes. La ciencia las está usando para tratar enfermedades graves como el cáncer. En terapias innovadoras como la CAR-T, los médicos las modifican para que reconozcan mejor a las células tumorales y las destruyan. También son clave en la investigación contra el VIH y en el control de virus como el de la hepatitis.
Fuente: Sociedad Británica de inmunología