Negociaciones por Siria se reinician sin presión
Los intentos de pacificar el país árabe chocan con las posiciones extremas

La nueva ronda de negociaciones entre las partes sirias en conflicto comenzarán el próximo viernes lejos de los focos y en un formato flexible, indirecto y lejos de maximalismos para permitir que el mediador de la ONU encuentre puntos de acuerdo con los que avanzar paso a paso en el proceso de paz.
"Soy muy consciente del peligro de lo que pasó en Ginebra II, por lo que hay que ser muy cuidadoso", dijo en rueda de prensa el enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura, al recordar que en la sesión inaugural de la segunda gran reunión negociadora, las partes implicadas se acusaron públicamente unas contra las otras, y el proceso fracasó.
Es por eso que De Mistura ya adelantó que el próximo viernes no habrá una ceremonia inaugural y que las partes no se encontrarán de hecho en una misma sala, aunque sí estarán todas en el recinto del Palacio de las Naciones Unidas en Ginebra.
Las negociaciones debían comenzar ayer, pero como el propio enviado asumió, las dudas sobre quién debe formar parte de las filas de la oposición, obligaron a posponer su inicio.
De Mistura afirmó que enviará las invitaciones a los participantes aunque no quiso precisar a quién invitará y a quién no, al tiempo que subrayó que aún está abierto el debate sobre qué grupo es considerado terrorista y cuál no.
Damasco y Moscú repitieron que no aceptarán como interlocutores a grupos que ellos consideran terroristas.
El jueves se anunció en Riad la delegación opositora que está compuesta por 17 personas, presidida por Asad al Zubi, un general desertor, y como negociador jefe fue designado Mohamed Alush, responsable del Ejército del Islam.
Precisamente, el grupo que lidera Alush es considerado por Rusia y Siria como una organización terrorista.
Consultado sobre las dudas expresadas por la delegación opositora en Riad que en los últimos días expusieron sus exigencias para asistir a las negociaciones (cese de los bombardeos, acceso de la ayuda humanitaria) el mediador dijo que esperaba que al recibir las invitaciones todos los implicados sientan "la seriedad y urgencia" de participar en ellas.
"El mandato que me dio el Consejo de Seguridad es ser lo más incluyente posible y lo voy a ser", afirmó el mediador en referencia a los criterios para invitar a los participantes.
De Mistura indicó que si bien el objetivo es que el proceso dure medio año, la primera parte de las negociaciones se alargará durante dos o tres semanas y después se suspenderán para que los participantes puedan consultar con sus respectivas bases.
Con respecto al formato, De Mistura dijo que las consultas deben regirse por el lema de ser "lo más flexibles y creativos posible", y anunció que por ahora no se decidió exactamente cómo serán, sino que se adaptará en función de cómo el proceso avance.
"La idea es mantener conversaciones de proximidad, lo más flexibles posibles. Habrá varias de forma simultánea. Por eso no se asusten ni se depriman si ven gente irse. Después volverán. Estoy seguro que habrá muchas idas y venidas", advirtió.
"Lo importante es que poco a poco lleguen a puntos de entendimiento entre las partes y así poder avanzar", aclaró.
Con relación a la temática, la prioridad será intentar alcanzar un alto al fuego, aunque de nuevo, asumió que este será un reto difícil y que sólo se podrá saber si es factible o no, una vez el proceso negociador haya comenzado.