Paraguay: Justicia emite condena por muerte de policías
Los incidentes provocaron la muerte de 17 personas tras la destitución de Lugo
El tribunal a cargo del caso de la masacre de Curuguaty, en Paraguay, que en 2012 causó la muerte de 17 personas y la destitución del presidente Fernando Lugo, condenó ayer a penas de entre cuatro y 30 años de cárcel a los 11 acusados, en una sesión que transcurrió en medio de incidentes y protestas por el veredicto.
La causa se refiere a las muertes de seis policías durante la masacre, ocurrida en junio de 2012, ya que el juicio, iniciado hace casi un año, resolvió únicamente el fallecimiento de los agentes policiales, mientras que la Fiscalía nunca investigó las muertes de 11 campesinos durante la masacre.
El principal condenado fue Rubén Villalba, sentenciado a 30 años de prisión y cinco de medidas de seguridad por el homicidio doloso consumado de Erven Lovera, comisario al frente del operativo de desalojo que desembocó en la masacre.
Otros tres campesinos fueron considerados coautores del delito de homicidio: Luis Olmedo, condenado a 20 años de cárcel, y Néstor Castro y Arnaldo Quintana, ambos condenados a 18 años de cárcel.
Las tres mujeres procesadas, Fany Olmedo, Dolores López y Lucía Agüero, fueron condenadas a seis años de prisión como cómplices del homicidio, mientras que, Felipe Benítez Balmori, Adalberto Castro, Alcides Ramírez y Juan Carlos Tillería, fueron condenados a cuatro años de cárcel por invasión de inmueble ajeno y asociación criminal.
Las penas impuestas fueron menores a las solicitadas por la Fiscalía, excepto en el caso de Rubén Villalba, a quien sí se impuso la condena que pedía el Ministerio Público, pero se le condenó a cinco años menos de medidas de seguridad.
El tribunal dispuso además que los condenados corran con los costos económicos del proceso, considerado el juicio oral más largo de la historia de Paraguay, que se inició el pasado 27 de julio en Asunción y en el que declararon cerca de 200 testigos.
La lectura del juicio se vio interrumpida en varias ocasiones por las protestas de los abogados defensores de los condenados y de parte del público asistente, que gritaron pidiendo libertad para los campesinos.