Obama busca disminuir tensión racial en EEUU
Reconoce que los hechos violentos son consecuencia de "errores" en el sistema

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró ayer en la ceremonia de homenaje por los cinco policías asesinados en Dallas que los estadounidenses no están "tan divididos como parece", por lo que deben "rechazar esa desesperación".
"Estoy aquí para insistir en que no estamos tan divididos como parece. Estoy aquí para decir que debemos rechazar esa desesperación", afirmó Obama al inicio de su discurso en homenaje a los cinco agentes asesinados el pasado jueves, una matanza que agitó las tensiones raciales en el país junto con los recientes casos de abusos policiales contra afroamericanos.
Aunque reconoció que la matanza en Dallas "había expuesto las fallas en nuestra democracia", Obama sostuvo que EE.UU. realizó un gran progreso en los temas racionales durante su vida republicana.
Asimismo, el Presidente estadounidense aprovechó la ocasión para recordar la "importancia y el peligro" que enfrentan los policías en su trabajo diario.
"Una abrumadora mayoría de los agentes de policía merece nuestro respeto, no nuestro desdén", remarcó ante los aplausos de los asistentes al evento en la ciudad tejana.
"A menudo pedimos que la Policía haga demasiadas cosas y nos exigimos demasiado poco a nosotros mismos", agregó.
El Mandatario pronunció estas palabras durante la ceremonia multiconfesional de homenaje a los cinco agentes fallecidos el pasado jueves durante una protesta contra la violencia policial hacia las minorías, especialmente la afroamericana, en una matanza que dejó además nueve policías y dos civiles heridos.
Obama estuvo también acompañado por su predecesor en la Casa Blanca, el republicano George W. Bush, residente del área de Dallas y que en una de sus pocas apariciones públicas tras dejar la presidencia, en 2009, ofreció unas breves palabras.
"Hoy, la nación está de luto, pero aquellos que consideramos a Dallas nuestra casa, hemos perdido cinco miembros de nuestra familia", afirmó el cuadragésimo tercer presidente estadounidense.
"Cuando la mayoría de nosotros imagina que arriesgamos nuestra vida para proteger a nuestro esposo o esposa, estos agentes tomaron ese riesgo por desconocidos", dijo Bush, quien remarcó que el país debe buscar "la unidad de la esperanza" y "no la del dolor".
Mientras, la aspirante demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, llamó a sacar "las armas de guerra" de las calles y acabar con "el racismo sistemático" que vive EE.UU., en el primer acto de campaña conjunto con su rival en las elecciones primarias, el senador Bernie Sanders.
Después de que el legislador hiciera oficial su respaldo a la candidatura de la ex secretaria de Estado, Clinton abordó el espinoso asunto del control de armas y la brecha racial que aún vive el país, acentuada estos días por la masacre de Dallas (Texas) en la que murieron cinco policías el pasado jueves.
Estados Unidos tiene que "abordar el racismo sistemático y reconstruir la confianza y el respeto entre nuestras fuerzas de seguridad y nuestras comunidades, a las que ellos sirven, y (ese proceso) va a requerir el esfuerzo de todos", reiteró la candidata desde Portsmouth (Nuevo Hampshire).
Por otra parte, centenares de personas salieron ayer a las calles de las principales ciudades de Estados Unidos por quinta noche consecutiva para protestar por las muertes de afroamericanos a manos de policías.