Francisco advierte que "el mundo está en guerra"
Retoma su preocupación por el drama de miles de refugiados

El papa Francisco cree que el mundo está en guerra en estos momentos. "No debemos tener miedo en decir la verdad: El mundo está en guerra, porque ha perdido la paz", dijo durante el vuelo que lo llevó de Roma a Cracovia, donde aterrizó ayer para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud.
El presidente polaco, Andrzej Duda, acudió al aeropuerto a recibir al Papa, quien arribó para la primera visita de su pontificado a Polonia.
Francisco advirtió que no se puede hablar de una guerra de religiones. "Es una guerra de intereses, una guerra por dinero, una guerra por los recursos naturales (...) no hablo de una guerra de religiones", ya que todas las religiones desean la paz".
El Papa se pronunció un día después de que dos supuestos seguidores del autoproclamado Estado Islámico asaltaran una iglesia en el norte de Francia y asesinaran a un sacerdote de 86 años. Francisco dijo que habló con el presidente francés, François Hollande, "como un hermano".
Francisco llegó a Cracovia para una visita de cinco días, durante la cual celebrará la Jornada Mundial de la Juventud que arrancó el martes junto a decenas de miles de jóvenes.
También visitará el campo de exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau y peregrinará al monasterio de Jasna Gora, donde se encuentra la capilla de la Virgen Negra, la santa nacional de Polonia, en la localidad de Czetochowa.
Amplias medidas de seguridad rigen en Cracovia, donde jóvenes católicos de 187 países participan en la Jornada Mundial de la Juventud. Al menos 25.000 efectivos trabajan por evitar incidentes durante el encuentro y la visita del Papa.
Francisco retomó su preocupación por el drama de la inmigración y su mensaje cobró mayor relevancia al hacerlo en un país cuyas autoridades ordenaron el cierre de fronteras a los refugiados e inmigrantes.
"Se han de identificar las causas de la emigración en Polonia dando facilidades a los que desean regresar, pero al mismo tiempo hace falta disponibilidad para acoger a los que huyen de las guerras y el hambre, solidaridad con los que están privados de sus derechos universales, incluido profesar libremente y con seguridad la propia fe", afirmó.