Trump amenaza con poner fin a la apertura de EEUU hacia Cuba
Analistas afirman que no será fácil desmantelar el avance logrado en los últimos meses

Como aspirante a la Casa Blanca, Donald Trump cambió de opinión sobre la política hacia Cuba en menos de un año. De apoyar la apertura de Barack Obama e incluso defender un posible levantamiento del embargo, pasó a amagar con revertirla para ganarse el voto del exilio cubano de Miami.
Ayer, ya como presidente electo y con las honras fúnebres por Fidel Castro en marcha, antes de que sus cenizas sean enterradas el domingo en Santiago de Cuba, el republicano amenazó al Gobierno de su hermano Raúl con poner fin a la apertura si no hay movimientos políticos en La Habana.
"Si Cuba es reacia a llegar a un mejor acuerdo para el pueblo cubano, para el pueblo cubano-americano y para Estados Unidos en su conjunto, pondré fin al acuerdo", escribió en Twitter.
Fue su primer mensaje tras el duro comunicado del sábado en el que tras la muerte de Fidel Castro lo llamó "brutal dictador que oprimió a su propio pueblo durante casi seis décadas".
Trump hizo ayer una declaración de intenciones, pero no aclaró si quiere que su Gobierno se siente a negociar con el de Raúl Castro o si espera movimientos unilaterales por parte de Cuba.
El republicano será el primer presidente estadounidense desde la revolución cubana que se siente en el Despacho Oval sin la omnipresencia de Fidel en Cuba, y lo hará año y medio después de que Washington y La Habana retomaran los lazos políticos tras más de medio siglo en el que estuvieron rotos.
Es el mayor legado en política latinoamericana de Obama, que en marzo de este año se convirtió en el primer mandatario norteamericano en pisar suelo cubano en casi 100 años.
Trump sigue también sin evidenciar si en la marcha atrás con la que amenaza en el acercamiento a Cuba está dispuesto a romper esa relación diplomática.
Analistas en Washington estiman que no llegará a ello y que tendrá que tener en cuenta los intereses económicos de Estados Unidos en la isla, que fueron creciendo con la política de Obama. Un ejemplo es el aterrizaje ayer, lunes, en La Habana del primer vuelo comercial de American Airlines procedente de Miami.
"Si Trump quisiera eliminar desde el primer día todos los cambios en la política hacia Cuba que implementó Obama, ya lo hubiera dicho. Lo más probable es que su administración sea más dura con Cuba en la retórica y que mantenga el embargo. Pero también se espera que por lo menos parte de los avances bajo Obama permanezcan", dijo Michael Shifter, presidente del centro de análisis Diálogo Interamericano.
Las oscilaciones en varios temas que mostró Trump desde su victoria electoral el 8 de noviembre no permiten asegurar que vaya a cumplir con la promesa que hizo en Miami a los anticastristas en la recta final de la campaña, cuando se hacía necesario asegurar los votos de la comunidad cubano-americana para hacerse con el estado pendular que se había convertido en el mayor campo de batalla frente a la demócrata Hillary Clinton.
Casa Blanca ve difícil cumplir el anuncio de Trump
La Casa Blanca advirtió ayer a Donald Trump que le resultaría difícil desmontar la apertura a Cuba que realizó el presidente Barack Obama.
En una rueda de prensa en Washington, el portavoz Josh Earnest aseguró que precisamente por esa dificultad, al aún mandatario no le preocupan las declaraciones de su sucesor, que horas antes había asegurado que pondrá fin al acercamiento si Cuba no se mueve políticamente.
"Deshacer esa política tendrá un impacto económico en Estados Unidos y en Cuba", manifestó el vocero. "No es tan simple como el trazo de un bolígrafo porque hay consecuencias por hacerlo", dijo, refiriéndose a la posibilidad de que Trump revierta las acciones de Obama en este tema mediante decretos presidenciales.