Ejército sirio arrebata casi la mitad de Alepo a las fuerzas rebeldes
Los hospitales y centros médicos siguen siendo objetivos de los ataques aéreos
El Ejército sirio tomó ayer el control del sector norte de la mitad oriental de la ciudad de Alepo (norte), con lo que arrebató a los rebeldes el 30% de las zonas que dominaban en esa parte de la localidad.
El director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderrahman, dijo que "el régimen controla ahora el 30% del este de Alepo, mientras que las Fuerzas de Siria Democrática (FSD, una alianza armada kurdo-árabe) han conquistado también algunos barrios".
Desde el sábado, los leales al presidente sirio, Bachar al Asad, retomaron áreas del noreste de la población.
Por su parte, las FSD conquistaron zonas próximas al barrio de Al Sheij Maqsud, en el norte, como Bustán al Basha y Al Helik al Tahiatani.
Fuentes militares sirias, citadas por la agencia de noticias oficial SANA, confirmaron que unidades castrenses recuperaron el dominio total de Al Sajur y Al Haidariya.
Las fuentes agregaron que los soldados también conquistaron puntos clave como la estación de bombeo de agua de Suleimán al Halabi, en el centro, y el complejo de viviendas de Buhuz al Alamia.
Un portavoz rebelde, Omar Saqar, de la opositora Agrupación Fastaqim, explicó que este avance rápido de las fuerzas armadas se debe a que "están empleando todo tipo de armas, algunas prohibidas internacionalmente".
Desde el este de Alepo, la fuente precisó que las autoridades y sus aliados bombardearon en los últimos días la parte oriental con todo tipo de armamento como "barriles de explosivos que contenían gases tóxicos, misiles Grad con napalm y bombas de racimo".
El progreso de los efectivos gubernamentales desencadenó una ola de desplazados, que alcanzan los 10.000, según el Observatorio, en distritos en manos de las autoridades en el oeste de Alepo y en el barrio de Al Sheij Maqsud, en poder de las FSD.
En cuanto a la situación sanitaria, los improvisados centros médicos del este de la urbe, establecidos tras el cierre de todos los hospitales hace diez días, continúan funcionando pese a los ataques.
"Nuestro hospital fue objetivo varias veces de los bombardeos así que paramos nuestra actividad de forma indefinida", recordó Abu Lui, un médico de Alepo.