Huelga policial en Brasil deja decenas de muertos

Caos, asaltos con armas de fuego y decenas de homicidios y asesinatos: una ola de violencia sacude desde hace cuatro días a la ciudad de Vitória en la región sureste de Brasil, debido a una inusual protesta policial que dejó a las calles sin patrullas ni efectivos de seguridad.

Al menos 75 personas murieron en la región metropolitana de Vitória en el estado de Espírito Santo, según cifras recogidas por el portal "Globo". La situación escaló debido a que familiares de agentes de la Policía Militar del estado vecino a Río de Janeiro impiden desde el fin de semana la salida de los vehículos de patrulla de comisarías y cuarteles, reclamando mejores condiciones laborales para sus parientes.

El posterior aumento de los atracos y saqueos dejó sobre todo a la capital regional, Vitória, prácticamente en estado de excepción, y forzó a las autoridades a suspender las clases y varios servicios públicos.

Pese a que el Gobierno de Brasilia aprobó el lunes el envío de más de 1.000 efectivos de las Fuerzas Armadas para patrullar las calles y a la llegada de los primeros efectivos de otros estados federales, los vecinos seguían hablando de situaciones dramáticas.

En las redes sociales circulaban alertas para que la gente no salga de sus casas, muchas personas difundían también videos de violentos tiroteos y asaltos callejeros. "La situación está fea", explicó desde Vitória Maluma Pereira Jordao Roepke, esposa de un policía.

"Hay muchos robos a mano armada", contó. Las autoridades de la ciudad también paralizaron el transporte público por miedo a actos de vandalismo. Vitória parecía una ciudad fantasma, contaban los vecinos.

La paralización policial empezó el viernes, cuando un grupo de mujeres salió a las calles a protestar por las malas condiciones laborales de sus esposos, agentes de la Policía Militar en Espírito Santo.

Las manifestaciones se multiplicaron a partir del sábado y varios familiares de policías militares empezaron a bloquear los accesos a los cuarteles para impedir la salida de las patrullas.

"Reivindicamos un reajuste salarial que no se da desde hace siete años", explicó Jordao Roepke a dpa. "Tenemos el segundo peor salario de Brasil", aseguró.

La mujer de 28 años explicó que otros familiares y ella organizaron las protestas porque la ley no permite a los policías organizar huelgas o manifestaciones. "Acampamos frente a los cuarteles impidiendo que los policías vuelvan a la calle a hacer su trabajo. No los dejamos salir", explicó.

"Nuestra intención no es perjudicar a la población", lamentó luego.