Temer cerca del abismo dice que no renunciará
Nuevo escándalo de corrupción genera más inestabilidad política y desconfianza general
El presidente de Brasil, Michel Temer, rechazó ayer dimitir por las acusaciones que lo vinculan a un escándalo de corrupción por haber avalado en una conversación grabada el pago de un soborno a un correligionario suyo.
"No renunciaré. Repito: no renunciaré. Sé lo que hice. Sé de la corrección de mis actos", subrayó Temer en una combativa comparecencia en el Palacio de Planalto, tras varias horas de silencio.
"En ningún momento autoricé que pagasen, a quien quiera que fuese, para que se quede calllado. No compré el silencio de nadie", enfatizó.
"Exijo una investigación plena y muy rápida para esclarecer los hechos", agregó el Mandatario. "Esta situación de duda no puede persistir por mucho tiempo", reclamó también apuntando a los denunciantes y la Justicia.
"Si fueron rápidas las grabaciones clandestinas, no pueden tardar las investigaciones y la solución respecto a estas investigaciones", criticó. El juez a cargo del Tribunal Supremo, Edson Fachin, había aceptado poco antes abrir una investigación a Temer.
La crisis política desatada en la noche del miércoles está sin embargo lejos de estar superada. Según medios brasileños, el partido centrista PSDB, también implicado en la denuncia del pago de sobornos, considera retirar su apoyo a Temer, lo cual podría poner fin al Gobierno en un tortuoso procedimiento.
La oposición, entre ellos el izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) de la ex presidenta Dilma Rousseff, anunció pedidos para que Temer sea sometido a un proceso de "impeachment" similar al que defenestró a la ex mandataria.
Cientos de personas se volcaron también a las calles en Brasilia y Sao Paulo para pedir la dimisión del presidente.
La denuncia acusa a Temer de haber avalado sobornos para su ex correligionario político Eduardo Cunha, hasta el año pasado un influyente político como presidente de la Cámara de Diputados y ahora encarcelado por la operación anticorrupción "Lava Jato".
Batista grabó la conversación, en la que le comunicaba a Temer que él mismo estaba pagando sobornos a Cunha. "Tiene que mantener eso, ¿vio?", le responde Temer en la conversación citada por "Globo".
Batista también entregó como prueba un video en que un diputado del PMDB de Temer, Rodrigo Rocha, recibía una maleta con 160 mil dólares de JBS. El empresario, acusado de corrupción por "Lava Jato", hizo la denuncia como parte de su cooperación con la Justicia en una de las llamadas "delaciones premiadas".
Escándalo político contamina el terreno económico
La bolsa de Sao Paulo se hundió y el dólar se disparó ayer en Brasil en medio del escándalo que golpeó directamente al presidente Michel Temer, quien se encuentra al borde del abismo político después de un supuesto intento de obstrucción de la justicia.
Minutos después de su apertura, el índice Ibovespa de la plaza de paulista llegó a suspender las operaciones durante media hora debido a una abrupta caída de más del 10% y terminó la jornada con una bajada del 8.80%, hasta los 61.597 puntos.
El real brasileño, por su parte, se depreció un 8.96% frente al dólar, que cerró el día en los 3,402 reales para la venta en el tipo de cambio comercial y en cerca de 3.6 el cambio turismo, que llegó a ser interrumpido en algunas casas debido a la alta volatilidad.
El escándalo contaminó el terreno económico, y el mercado, que hasta el momento había mimado a Temer y elogiado su plan de reformas, cuestionó la continuidad del presidente, cuya popularidad se encuentra en mínimos históricos.
"El mercado da por hecho que Temer no tiene condiciones de continuar", aseguró el analista Ignacio Crespo.
El ministro de Ciudades de Brasil, Bruno Araújo, dimitió ayer en medio del escándalo.
La dimisión de Araújo, cuyas razones no han sido aclaradas, fue confirmada a Efe por fuentes del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), uno de los principales pilares del Gobierno de Temer en el Parlamento y cuyo presidente, Aécio Neves, fue objeto de una vasta operación policial.
El ministro de Cultura de Brasil, Roberto Freire, presentó su dimisión horas después.