Temer ignora la crisis y reclama "trabajar en paz"
El Mandatario pidió que dejen al Poder Judicial y al Legislativo "hacer su trabajo"

El presidente brasileño, Michel Temer, ignoró ayer la crisis generada por sospechas que lo implican en hechos de corrupción, transmitió optimismo en lo económico y pidió que se deje "trabajar en paz" al Gobierno y a los otros poderes.
A diferencia de los últimos díez días, en que usó sus apariciones públicas para clamar inocencia o descalificar las sospechas, Temer intervino ayer en dos actos y sólo en uno de ellos aludió en forma indirecta a las dificultades que enfrenta en los tribunales.
Fue al juramentar al nuevo ministro de Justicia, Torquato Jardim, una ceremonia en la que admitió que Brasil atraviesa por "grandes conflictos institucionales", aunque garantizó que serán superados.
"Dejemos al Poder Judiciario trabajar sosegado, dejemos que el Legislativo trabaje en paz, pero dejemos al Ejecutivo trabajar en paz también", declaró Temer en ese acto.
Según Temer, las turbulencias políticas que sacuden a Brasil se deben "al no cumplimiento, muchas veces, del orden constitucional", por lo que es necesario "recuperar la institucionalidad del país".
Las sospechas que llevaron al Supremo a investigarle por los supuestos delitos de corrupción pasiva, obstrucción a la justicia y asociación ilícita no fueron comentadas por Temer, quien optó por citar las mejoras económicas experimentadas por el país desde que está en el poder, hace poco más de un año.
"Las personas quieren que continúe el programa de Gobierno que comenzamos", declaró Temer, pese a que las encuestas dicen que más del 70% de la sociedad rechaza su gestión.
Jardim, quien hasta ahora ocupaba el Ministerio de Transparencia y que en unas recientes entrevistas ha descalificado las sospechas que pesan contra Temer y negado que el gobernante pueda renunciar, dijo en un breve discurso que "en Brasil un optimista puede estar equivocado, pero un pesimista siempre está equivocado".