Estados Unidos responde a la amenaza norcoreana
Pyongyang lanzó un nuevo misil; EEUU y Sur Corea respondieron con un ejercicio
Estados Unidos y Corea del Sur efectuaron ayer unos ejercicios militares con misiles para demostrar su "capacidad de fuego" tras el lanzamiento exitoso de un misil de largo alcance por parte de Corea del Norte, que puede transportar una cabeza nuclear de gran tamaño.
Poco antes, el Departamento de Estado había emitido un comunicado en el que el titular de Exteriores estadounidense, Rex Tillerson, condenó "enérgicamente" el lanzamiento del misil balístico intercontinental por parte de Corea del Norte y advirtió que esa acción "representa una nueva escalada" en la amenaza para EE.UU., sus aliados y socios, la región y el mundo.
En el comunicado del Pentágono, Dana White, portavoz adjunta del secretario de Defensa, James Mattis, aseguró que el ejercicio de los ejércitos de EE.UU. y Corea del Sur tenía como objetivo contrarrestar las "acciones ilegales y desestabilizadoras" de Corea del Norte.
En el ejercicio se utilizó el Sistema de Misiles Táctico del Ejército de EE.UU., conocido como ATACMS, y el modelo balístico surcoreano Hyunmoo II, con los que se lanzaron misiles en aguas territoriales de Corea del Sur.
El Ministerio de Defensa surcoreano también confirmó estos ejercicios y aseguró que se lanzaron múltiples misiles balísticos en dirección al Mar de Japón.
El Ejército norcoreano disparó el misil intercontinental el lunes, desde la base aérea de Panghyon, en la provincia de Pyongan del Norte. El misil balístico voló más tiempo que cualquier prueba de misiles norcoreanos llevada a cabo hasta la fecha, un total de 37 minutos, lo que implica que el régimen podría tener la capacidad de atacar a Alaska.
El régimen que lidera Kim Jong-un aseguró que el nuevo modelo de misil balístico intercontinental ensayado puede transportar una cabeza nuclear de gran tamaño y "es capaz de alcanzar cualquier parte del mundo".
El ensayo supondría un importante avance para el programa armamentístico norcoreano que, como recordó a principios de año el líder Kim Jong-un, pretende desarrollar misiles de largo alcance (que pueden recorrer más de 5.500 kilómetros) capaces de equipar bombas nucleares y alcanzar EE.UU.
Tillerson expresó la intención de EE.UU. de llevar el asunto ante el Consejo de Seguridad de la ONU en busca de "medidas más fuertes para responsabilizar" al régimen norcoreano de sus acciones.
La embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, pidió ayer al embajador chino, Liu Jieyi, que preside el Consejo de Seguridad, la convocatoria de una reunión de emergencia del máximo órgano de las Naciones Unidas para tratar este asunto.
Según el portavoz de Haley, Jonathan Wachtel, dicha reunión de emergencia del Consejo de Seguridad se celebrará en la tarde de hoy.
Al referirse al tema, el secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, condenó "en términos firmes" el lanzamiento del misil y lo consideró un "peligroso agravamiento" de la situación diplomática.
Entretanto, los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y China, Xi Jinping, pidieron a Corea del Norte una moratoria de sus ensayos con misiles y armas nucleares. En un comunicado, Moscú y Pekín consideraron "inadmisible" el anuncio de Pyongyang sobre el lanzamiento de su primer misil balístico intercontinental.