Piden medidas enérgicas en la crisis norcoreana
China y Rusia piden más cautela ante las provocaciones del régimen de Kim Jong-un aunque condenan las pruebas

La ONU estudia una nueva resolución contra Corea del Norte tras el ensayo nuclear que el régimen de Pyongyang realizó el domingo, menos de un mes después de haberle impuesto sus sanciones más fuertes hasta la fecha.
En una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad celebrada ayer, el secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Políticos, Jeffrey Feltman, pidió una respuesta "completa" ante la "peligrosa provocación" norcoreana, tras lo que Estados Unidos anunció que distribuiría un borrador con medidas adicionales.
Feltman expresó la alarma de la comunidad internacional ante el último ensayo nuclear, en el que Pyongyang supuestamente hizo estallar una bomba de hidrógeno, y consideró que es "profundamente desestabilizador para la seguridad regional e internacional".
Al cierre de la reunión, la décima convocada de urgencia este año por la escalada armamentística del país asiático y la segunda en menos de una semana, la embajadora estadounidense, Nikki Haley, urgió a actuar con rapidez ante informaciones según las cuales Corea del Norte planea otra prueba balística de largo alcance.
Haley apremió a los estados miembros del Consejo a negociar esta semana el borrador de resolución propuesto por su país para que sea votado el lunes y, aunque no precisó su contenido, otros diplomáticos secundaron la idea.
En este sentido, el embajador de Corea del Sur, Cho Tae-yul, que fue invitado a la reunión, defendió "medidas mucho más duras, en correspondencia con la magnitud y la gravedad de la prueba", y que fuercen a Pyongyang a volver al diálogo.
Según Cho, el nuevo paquete debe incluir medidas "hirientes y robustas como limitar la provisión de crudo y productos de petróleo" a Corea del Norte, más allá de cortar los fondos potencialmente destinados al desarrollo de armas de destrucción masiva.
"EE.UU. ha dejado claro que queremos una nueva resolución fuerte, muy rápido, tenemos que trabajar en ello y en este momento no entraré en detalles pero estamos abiertos a diferentes adiciones", dijo el embajador japonés, Koro Bessho, a la salida de la reunión.
Su homólogo británico, Matthew Rycroft, señaló que había "más sectores de la economía que pueden ser sancionados" y se puede hacer más para "evitar que el régimen de Corea del Norte explote a trabajadores" que viajan a otros países.
El pasado 5 de agosto, el Consejo de Seguridad aprobó la resolución más severa contra el país y vetó sus exportaciones de carbón, hierro, plomo, pescados y mariscos, entre otras medidas, pero Haley abogó por dar otro paso y aplicar sanciones "lo más fuertes posible".
Asimismo, dijo que EE.UU. considerará a los países que hagan negocios con Corea del Norte entes que "prestan ayuda a las temerarias y peligrosas intenciones nucleares" de Pyongyang, una idea similar a la expresada por el presidente Donald Trump, que evalúa suspender el comercio con ellos.
Haley suscribió también las palabras del jefe del Pentágono, James Mattis, quien aseguró que EE.UU. desplegaría una "gran respuesta militar" ante Corea del Norte ante "cualquier amenaza" que haga al país o sus aliados.
La perspectiva de una nueva resolución fue recibida con prudencia por Rusia, cuyo embajador ante la ONU, Vassily Nebenzia, dijo a los periodistas al término de la reunión que "habrá que ver lo que contiene" el borrador, pero se mostró escéptico sobre la eficacia de las sanciones.
"Las resoluciones enfocadas sólo en sancionar a Corea del Norte no han funcionado muy bien anteriormente", indicó el diplomático, quien apostó por soluciones "diplomáticas y políticas" sobre las militares.
Durante la reunión, China, que junto a Rusia tiene derecho de veto en las votaciones del Consejo de Seguridad, pidió también evitar una escalada de tensiones en la península coreana y su embajador, Liu Jieyl, aseguró que "nunca permitirá el caos y la guerra" en el área.
Seúl, Tokio y Washington acordaron ayer elevar al máximo la presión sobre Corea del Norte tras su sexta prueba atómica, mientras que los análisis del ensayo muestran que Pyongyang incrementó sensiblemente sus capacidades nucleares.
Los líderes de los países aliados reclaman a la comunidad internacional ir todo lo lejos posible en las sanciones sobre el ya aislado régimen con vistas a asfixiar completamente su economía, y coinciden en la necesidad de dar una respuesta militar contundente al test nuclear norcoreano más potente hasta la fecha.
EEUU afirma que Pyongyang "pide una guerra"
La embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, dijo ayer que el líder norcoreano Kim Jong-un está "pidiendo una guerra" y advirtió que la tolerancia de Washington a sus provocaciones es cada vez menor, mientras China y Rusia pidieron mantener la calma y recurrir al diálogo.
"La guerra nunca es algo que quiera Estados Unidos, no lo queremos ahora, pero nuestra paciencia no es ilimitada", señaló Haley en una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, convocada tras la última prueba nuclear de Corea del Norte.
La representante estadounidense informó que su país presentará el lunes de la próxima semana una resolución ante la ONU para establecer nuevas sanciones contra Pyongyang.
"Cuando un régimen canalla tiene un arma nuclear y un ICBM apuntándote, no tomas decisiones para bajar la guardia", aseguró Haley.