Dolor y pánico en EEUU por masacre de Las Vegas
Pese a que el Estado Islámico se atribuyó el hecho, el FBI descartó cualquier vínculo del atacante con una agrupación internacional
Un jubilado de 64 años desató ayer la peor masacre en la historia moderna de Estados Unidos, al provocar la muerte de al menos 59 personas y dejar heridas a más de medio millar en un concierto celebrado en Las Vegas. Su vínculo con el Estado Islámico, reivindicado por esa organización terrorista, fue puesto en duda por las autoridades.
El portavoz de la Policía de Las Vegas, Joe Lombardo, confirmó que al menos 59 personas murieron y 527 resultaron heridas en el hecho.
Asimismo, advirtió que las cifras son provisionales porque, como fue ocurriendo en las últimas horas, se teme que continúen en aumento.
Entre los muertos hay un agente de la Policía de Las Vegas que estaba fuera de servicio, mientras que dos oficiales que sí estaban trabajando resultaron heridos.
Stephen Paddock, un hombre blanco de 64 años, abrió fuego durante varios minutos desde su habitación del piso 32 del hotel Mandalay Bay contra una multitud de más de 22.000 personas que asistían en la calle a un concierto al aire libre del festival country Route 91 Harvest.
Paddock, que actuó en solitario y cuyas motivaciones se desconocen por ahora, se suicidó antes de que las autoridades irrumpieran en su habitación del hotel.
El padre del atacante, Benjamin, fue uno de los fugitivos más buscados del Buró Federal de Investigaciones (FBI) décadas atrás, un ladrón de bancos descrito como un "psicopático" con tendencias suicidas.
Lombardo dejó que fuera un portavoz del FBI el que diera los detalles de la investigación y explicara que se descarta cualquier vínculo del tirador con algún grupo terrorista extranjero.
Horas antes, el grupo yihadista Estado Islámico (EI) se había atribuido la matanza al asegurar, a través de su agencia de propaganda afín, Amaq, que el autor del atentado era "un soldado del Estado Islámico".
Lombardo explicó que las autoridades no tenían información previa sobre el sospechoso, por lo que respondió a los periodistas: "No sé cómo esto podría haberse prevenido".
Una de las revelaciones de su comparecencia fue que el atacante rompió las ventanas del hotel con una herramienta similar a un martillo antes de disparar indiscriminadamente contra la multitud.
La Policía concluyó que Paddock introdujo él solo, sin colaboradores, las diez armas que se encontraron en su habitación del hotel, donde se alojaba desde el 28 de septiembre.
Lombardo confirmó que hablaron con la pareja del atacante, Marilou Danley, de 62 años, que se encuentra fuera del país.
Aunque se sigue considerando que ella es una "persona de interés" en este suceso, los agentes creen que no tuvo nada que ver con la masacre. Junto con las que guardaba en su casa, Paddock acumulaba más de una treintena de armas.
La conmoción es general. A Kimberly Culiard la noticia le llegó al corazón. Su esposo trabajaba en el hotel Mandalay Bay, el mismo hotel desde el que el sospechoso disparó contra la multitud.
"Logré comunicarme con él y rápido me dijo que estaba bien y me contó todo lo que estaba pasando. Es muy duro esto!", dijo con la voz entrecortada.
Donald Trump condena los hechos pero evade la regulación de armas
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, condenó los hechos como "un acto de pura maldad" y anunció que mañana, miércoles, visitará esa ciudad para reunirse con los familiares de las víctimas y los policías.
"Estamos unidos en nuestra tristeza, conmoción y luto" por el tiroteo, dijo Trump en una declaración a la prensa desde la Casa Blanca.
El Mandatario no hizo ninguna referencia a la posibilidad de que el acto se tratara de terrorismo, ni a la reivindicación del grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Trump, que desde la campaña electoral de 2016 se alineó con la postura de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), contraria a un mayor control de armas, no hizo ninguna referencia a ese tema.
La Casa Blanca consideró que es "prematuro" hablar de legislación para un mayor control de armas tras el tiroteo.
"Habrá un lugar y un momento para un debate político, pero ahora es el momento de unirnos como país", subrayó la portavoz, Sarah Sanders.
Numerosos legisladores demócratas pidieron a los republicanos que dejen de bloquear las leyes para el control de armas después del tiroteo de Las Vegas, que se cometió con un arma de fuego muy potente y cuyo atacante tenía al menos nueve rifles más con él.
La masacre de Las Vegas fue condenada por varios líderes mundiales, como el presidente ruso, Vladimir Putin, quien dijo estar "consternado y profundamente conmovido" por el ataque.
El ex presidente estadounidense, Barack Obama, se sumó a la condena: "Michelle y yo rezamos por las víctimas en Las Vegas. Nuestros pensamientos están con sus familias y todos los que tienen que aguantar otra tragedia sin sentido", dijo.
"Profundamente consternado por enterarse de los tiros en Las Vegas, el papa Francisco asegura estar con su espíritu con todos los afectados por esta tragedia sin sentido", sostuvo el Vaticano en un comunicado.