Trump promete colaborar con grupos antiabortistas
Se dirigió a los participantes en la Marcha por la Vida en Washington

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prometió ayer al movimiento antiabortista que estará siempre a su lado para proteger la "santidad de la vida" y hacer de la familia la "fundación" de la sociedad estadounidense.
Trump se dirigió a la "Marcha por la Vida", que celebró este año en Washington su 45 edición y tiene el apoyo de organizaciones religiosas de todo el país.
"Estamos protegiendo la santidad de la vida y, la familia como la fundación de nuestra sociedad", dijo Trump en su intervención desde la Casa Blanca y que fue retransmitida a través de enormes pantallas en el National Mall, la gran explanada que une el Monumento a Lincoln con el Capitolio y donde se celebró la marcha.
En su discurso, el Mandatario presumió de las medidas que ha tomado para dificultar el derecho al aborto desde que fue investido Presidente el pasado 20 de enero.
Entre esas medidas figura la prohibición de usar fondos para subvencionar a organizaciones que practican el aborto en el extranjero, así como la creación de un grupo dentro de su Gobierno destinado a defender a los doctores que, alegando motivos religiosos, se niegan a practicar abortos o tratar a pacientes transgénero.
"En mi Gobierno, siempre defenderemos el primer derecho recogido en la Declaración de la Independencia, el derecho a la vida", prometió el gobernante, quien antes de ganar las elecciones de 2016 se posicionó en varias ocasiones a favor del derecho de la mujer a decidir sobre su embarazo.
No obstante, ayer el vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, consideró a Trump como el "presidente más pro-vida" de la historia y el propio gobernante alardeó de ser el primero en dirigirse vía satélite a la marcha.
Los ex presidentes republicanos Ronald Reagan (1981-1989) y George W. Bush (2001-2009) dieron un discurso en las marchas de 1987 y 2008, respectivamente, pero lo hicieron por teléfono sin que los manifestantes pudieran verlos, como ocurrió con Trump.
La "Marcha por la vida" suele reunir a una amalgama de participantes: religiosos, estudiantes de instituto, familias con niños pequeños y hasta gente con visiones más radicales que lleva por las calles de Washington camiones con fotos de fetos despedazados.
Entre los participantes estaba Josh Platillero, que acudió a la marcha disfrazado de Tío Sam, por creer que la "identidad" de Estados Unidos está ligada a la vida y es necesario impedir que "cualquiera pueda matar un bebé", según dijo.
Junto a Platillero, un grupo de jóvenes repartía pancartas azules con mensajes como "ser pro-vida es ser pro-mujer" y que pertenecían a la asociación "salvar a las cigüeñas", que con 54 autobuses recorre diferentes partes de EE.UU. para asesorar a mujeres de pocos recursos y convencerlas para que no aborten.
Adrián Rodríguez explicó que dentro del movimiento pro-vida hay un sector con una "retórica llena de odio" que su organización quiere combatir ofreciendo un mensaje "positivo", ayudando a las mujeres que abortan por la única razón de que no tiene recursos económicos para seguir con su embarazo.
"Estar a favor de la vida es estar a favor de las mujeres, y creo que el movimiento pro-vida atraería a más mujeres si hubiera un mensaje más positivo", consideró Rodríguez, de 24 años.