Lula queda fuera de contienda electoral y buscan sucesor
Los postulantes de otras fuerzas aseguran que el veto les da claridad en la contienda
RELEGADO. El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva no participará de las próximas elecciones. La aspiración de volver al poder desde la cárcel que acariciaba el ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva fue frustrada la madrugada de ayer por la Justicia electoral, que vetó su candidatura por el impedimento que entraña su situación jurídica. Su compañero de fórmula, Fernando Haddad, sería el nuevo abanderado del Partido de los Trabajadores (PT).
El Tribunal Superior Electoral decidió por una mayoría de seis votos frente a uno que la ley conocida como "Ficha Limpia", que fue sancionada por el propio Lula en 2010, cuando aún gobernaba, impide que encare la que habría sido su sexta candidatura presidencial, que intentó pese a estar en prisión desde el pasado abril.
Esa legislación, contra la que ahora rebeló el PT, establece que toda persona con una condena ratificada en segunda instancia, como es el caso de Lula, postule a cualquier cargo electivo, aun cuando le resten apelaciones.
Tras el fallo, el partido de Lula afirmó que el veto es "político", "arbitrio" y basado en "una mentira", y reiteró que "continuará luchando por todos los medios" para validar la candidatura.
El ex ministro Haddad, aspirante a la Vicepresidencia en la fórmula, anunció que la formación del partido sigue "intacta" y que se reunirá con Lula el lunes para "decidir" y trazar la estrategia que será adoptada en los próximos días
Marina Silva, Geraldo Alckmin y Ciro Gomes, tres de los principales aspirantes a la Presidencia de Brasil, coincidieron en que la decisión de la Justicia permitirá una mayor claridad en el proceso electoral.
RECHAZO AL VETO
La ex presidenta argentina Cristina Fernández, el gobierno de Cuba, el presidente de Venezuela Nicolás Maduro y el presidente de Bolivia Evo Morales, criticaron la inhabilitación de Lula y denominaron la decisión como una acción que "también arrasa el Estado de derecho", en voz de Fernández, o como atentado a la democracia, según el Mandatario boliviano.
