Mueren 20 personas en siniestro de Egipto
Miles de pasajeros vivieron momentos de tensión por las llamas; la Policía investiga

El fuego se apoderó ayer de la siempre bulliciosa estación de Ramsés de El Cairo y dejó a decenas de personas carbonizadas, tiradas en el suelo del andén número 6, tras la colisión de una locomotora contra el tope de la vía. La tragedia llevó a organismos internacionales y países de todo el mundo a enviar muestras de solidaridad y ofrecer ayuda.
"Hemos escuchado la explosión, el sonido de un impacto muy fuerte en la estación. Bajamos y vimos la locomotora en llamas", relató Hossam Salah, un trabajador de la estación, con palabras entrecortadas, todavía conmocionado por lo que vivió en el lugar.
La locomotora fuera de control se estampó contra el tope de la vía, lo que causó la explosión de su tanque de combustible y un incendio que se tragó a los pasajeros que iban por los andenes, dejando al menos 20 muertos y 40 heridos, , 28 de los cuales siguen hospitalizados y cinco están en estado grave.
"Ha habido muchos muertos, estaban totalmente quemados y también heridos en estado muy grave", comentó Salah en el andén número 6, de donde habitualmente parten los trenes de Alejandría.
Después de la fuerte explosión, hubo personas que corrieron envueltas en fuego, por los andenes al aire libre, según videos difundidos por medios egipcios.
El testigo asegura que los bomberos y las ambulancias "estaban cerca de la estación y llegaron muy deprisa" al lugar, evacuando rápidamente a todos los heridos, con la ayuda de pasajeros que se encontraban en la estación.
"Todo el mundo estaba conmocionado. La reacción de la gente fue ayudarse entre ellos para salvar al mayor número de personas posible", comentó Salah.
Por lo menos 30 ambulancias y 17 coches de bomberos se desplazaron a la estación, ubicada en el centro de El Cairo.
INVESTIGACIÓN ABIERTA
Una hora después de la colisión, los peritos del departamento de Criminalística de la Policía ya inspeccionaban el interior de la locomotora, que descarriló y quedó inclinada sobre su lado izquierdo, incrustada en los topes de la vía, a poco más de un metro de la fachada de la estación.
Mientras tanto, algunos bomberos todavía usaban sus mangueras para terminar de enfriar el vehículo carbonizado, del que salía un ligero humo.
Decenas de curiosos se aglomeraban en los andenes de la estación y fotografiaban el vehículo accidentado con sus teléfonos móviles desde detrás de la cinta amarilla de la Policía.