Caso Odebrecht pasa a ser letal con suicidio de Alan García
El hecho impactó a Perú y agravó la crisis por las denuncias de corrupción
La muerte del ex presidente peruano Alan García, quien ayer se disparó en la cabeza cuando iba a ser detenido por supuestos delitos de corrupción, conmocionó a Perú y agravó el impacto de la crisis generada por el caso Odebrecht.
García falleció a los 69 años, mientras era operado en el Hospital de Emergencias Casimiro Ulloa, de Lima, de las graves heridas causadas por el disparo que se dio cuando policías y fiscales llegaron a su casa con una orden de detención en su contra.
Esa orden se emitió a pedido del fiscal José Domingo Pérez después de que el domingo se difundiera que Odebrecht, en el marco del acuerdo de colaboración que mantiene con la Justicia peruana, reveló que el ex secretario presidencial Luis Nava, y su hijo José Nava, recibieron 4 millones de dólares de la empresa para lograr el contrato de construcción de la Línea 1 del Metro de Lima.
Alan García fue ingresado en medio de una gran confusión en el centro médico a donde fue trasladado por la Policía que fue a detenerlo a su casa.
El director del hospital, Enrique Gutiérrez, señaló que el ex gobernante presentaba un disparo de arma de fuego "con orificio de entrada y salida" en el cráneo y que todos los médicos del Casimiro Ulloa participaron en la operación que intentó salvarle la vida.
Un comunicado posterior del nosocomio detalló que García murió a las 10:05, tras haber recibido el diagnóstico de un traumatismo cráneo encefálico grave "por proyectil de arma de fuego y hemorragia incontrolable de base de cráneo".
"Su deceso se produjo producto de una hemorragia cerebral masiva por proyectil de arma de fuego y paro cardiorrespiratorio", señaló el comunicado antes de expresar "las condolencias a los familiares".
Su muerte, además de consternar a los peruanos, sembró la incertidumbre sobre la situación política en el país y el impacto del caso Odebrecht, debido a las acusaciones de representantes del Partido Aprista Peruano (PAP), que lideraba el ex presidente, contra la Fiscalía, medios de comunicación y el Gobierno.
El congresista aprista Mauricio Mulder declaró que esta tragedia es "la concreción de todo un mecanismo de persecución y búsqueda de popularidad enfermiza por parte de algunas personas imbuidas de poder que quieren pasar a la historia como carceleros".
"La historia de sus biografías quedará escrita en páginas muy escondidas y letras muy pequeñas", agregó.
Por su parte, el ex canciller Luis Gonzales Posada acusó a la Fiscalía de querer apresar arbitrariamente a políticos sin un debido proceso, y la ex congresista y ex ministra del Interior Mercedes Cabanillas coincidió en acusar al Ministerio Público de abusar de su autonomía para perseguir a personajes como García.
Tras conocerse la situación, grupos de militantes apristas llegaron hasta las afueras del hospital y protagonizaron algunos altercados con la Policía mientras acusaban a la Fiscalía y a medios de comunicación de haber presionado a García con sus denuncias.
Ante la confusión generada por el trágico suceso, el ministro del Interior, Carlos Morán, defendió la actuación de las autoridades y detalló que la detención fue ordenada por el juez José Luis Chávez, del Tercer Juzgado Nacional de Investigación Preparatoria.
El ministro relató que el operativo estuvo a cargo del fiscal Henry Amenábar y un grupo de agentes que se identificaron ante García y le informaron que iba a ser arrestado.
El ex mandatario pidió entonces un momento para hacer una llamada a su abogado y subió a su habitación, en el segundo piso, de su vivienda, donde se encerró y "a los pocos minutos se escuchó un disparo de arma de fuego".
"La Policía forzó la puerta y encontró a García en posición sentada y con una herida en la cabeza", detalló Morán.
El ministro explicó que el ex gobernante fue trasladado de inmediato al hospital y dijo que "la intervención de la Policía se apegó a protocolos establecidos, apoyada en una diligencia ordenada por un juez en el marco de un caso emblemático como es el de Odebrecht".
Junto a García, también se ordenó la detención de Luis Nava, secretario presidencial bajo el Gobierno del líder del Partido Aprista, y Miguel Atala, ambos estrechos colaboradores del ex presidente y señalados como sus testaferros.
Además, del ex ministro de Transportes y Comunicaciones y de Vivienda y Construcción, Enrique Cornejo, quien horas después se entregó a la Justicia, así como de otros cinco ex funcionarios de su segundo gobierno.
El anuncio de la muerte de García fue hecho en primer lugar por su secretario personal, Ricardo Pinedo, a los medios que esperaban en los exteriores del hospital y casi de inmediato fue confirmado por el presidente Vizcarra, en su cuenta oficial en Twitter.
"Consternado por el fallecimiento del expresidente Alan García. Envío mis condolencias a su familia y seres queridos", escribió Vizcarra, quien no emitió otro pronunciamiento.
RECHAZAN HONORES
La familia del fallecido ex presidente rechazó que se le celebre un funeral con honores de Estado como le correspondía por su atribución de ex mandatario.
El secretario personal de García, Ricardo Pinedo, anunció que el funeral se celebrará este Viernes Santo a mediodía, después de que sus restos mortales hayan sido velados durante día y medio en la "Casa del Pueblo", la sede del Partido Aprista Peruano (PAP) que lideraba el ex mandatario.
"Solamente será velado y enterrado con los honores apristas, que a veces son muchos más que los honores del presidente (Martín) Vizcarra", dijo Pinedo sobre el actual gobernante de Perú, al que hace unos meses García acusó de estar detrás de la investigación, la misma que tildó de persecución.
El secretario de García indicó que la sede del Partido Aprista estará abierta a "a toda persona que quiera rendir honores" al ex presidente, que falleció con 69 años.
No obstante, el Gobierno de Vizcarra, declaró tres días de duelo nacional por el deceso de García y dispuso otorgarle las honras fúnebres que corresponden a un mandatario en ejercicio.
Sin embargo, se conoció que el Ministerio Público de Perú abrió una investigación por "presuntas infracciones administrativas" contra los fiscales José Domingo Pérez y Henry Amenábar, quienes investigaban al fallecido ex presidente.
Piden arresto domiciliario para ex presidente Kuczynski
El fiscal José Domingo Pérez solicitó ayerque se dicte arresto domiciliario al ex presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski, de 80 años, investigado por el caso Odebrecht, debido a que su debilitado estado de salud ha llevado a que sea internado en una clínica de Lima.
Durante una audiencia judicial, el fiscal cambió la solicitud de 36 meses de detención preventiva que presentó inicialmente contra Kuczynski (2016-2018) por la de arresto domiciliario.
Pérez informó que la pena por el delito de lavado de activos, atribuido a Kuczynski por presuntos aportes de Odebrecht, corresponde a entre diez y 20 años de cárcel, pero que por su edad y la falta de antecedentes puede reducirse a seis años de prisión.
El estado de salud de Kuczynski, quien cumple una orden de detención preliminar durante diez días, fue comunicado en un primer momento por el congresista Gilbert Violeta y posteriormente medios locales agregaron que presenta una "fibrilación auricular".
Según detalló el Canal N de televisión, esta enfermedad implica una frecuencia cardíaca irregular, por lo que se le realizará una evaluación médica para determinar su estado de salud.
Se agregó que la alteración cardíaca de Kuczynski habría sido provocada por la emotividad que le causó la visita de su hermano Miguel en la Prefectura de Lima, donde cumple la detención preliminar dictada por la Justicia.
Varios gobernantes y ex gobernantes decidieron terminar con su vida
La historia da cuenta de varios mandatarios o ex mandatarios que decidieron terminar con su vida. Dos de ellos, son ex presidentes chilenos.
El 19 de septiembre de 1891, el ex presidente chileno José Manuel Balmaceda se disparó en la habitación de la Legación Argentina donde estaba refugiado. Lo hizo a las 8 de la mañana en el edificio ubicado en la calle Amunátegui, entre Agustinas y Huérfanos de Santiago.
El 24 de agosto de 1954 Getúlio Dornelles Vargas, quien fuera cuatro veces Presidente de Brasil, se suicidó de un disparo al corazón, al interior del Palacio de Catete, en la ciudad de Río de Janeiro. “Les di mi vida, ahora les ofrezco mi muerte“, dejó escrito en una nota.
El ex presidente chileno Salvador Allende, se suicidó con su arma en el Palacio de La Moneda el 11 de septiembre de 1973, mientras el Palacio de Gobierno era atacado por militares golpistas encabezados por el general Augusto Pinochet.
El 5 de abril de 1977, se suicidó Carlos Prío Socarrás, ex presidente de Cuba. Su gobierno fue derrocado por Fulgencio Batista (1952). El líder de la comunidad anticastrista se suicidó de un disparo en la cabeza en su casa, en Miami.
A juicio de Pablo Lacoste, historiador y director del Diplomado en Patrimonio Agroalimentario de la Universidad de Santiago, el suicidio de Alan García se enmarca en lo que podría llamar “suicidio altruista”. “Tenía una vocación de servicio público muy fuerte. Fue dos veces presidente con dos proyectos ideológicos distintos, pero siempre pensando en dejar un legado y mejorar condiciones de su país. Pero esta ola de corrupción que vino desde Brasil, se transformó en una máquina en la que muchos líderes transaron pensando que no había otra forma de hacer política. A algunos no les importa la corrupción y culpan a otros, a la prensa y acusan conspiración. A otros, sí les importa y no soportan verse a sí mismos marcados con esas prácticas, lo repudian y tratando de mejorar un poco el legado que dejarán a las futuras generaciones, optar por suicidarse”, señaló Lacoste.
Respecto a Alan García, el académico dijo que su caso es más parecido al de (ex presidente coreano) Roh Moo-hyun que se lanzó al vacío cuando se vió investigado por casos de corrupción. “García se suicida cuando se está realizando un proceso judicial. No quiere exponerse al juicio público. Todos los casos que han existido en Perú han pagado con cárcel. Lula, por ejemplo, también dice que es inocente, pero levanta esa bandera y lucha por limpiar la imagen política que tiene”, dice el historiador Sergio Estrada.
El "Caballo Loco" llega a un trágico final acosado por denuncias de corrupción
La vida de Alan García llegó a un trágico final tras 35 años como protagonista de la política peruana, en la que irrumpió en 1985 como "Caballo loco", el impetuoso líder que asumió el poder como el más joven presidente de América y quien tomó un camino final azotado por la corrupción.
El final de García fue causado en último extremo por la sombra de la corrupción, que acompañó su paso por la política, sombra de la que pudo escapar con éxito en numerosas ocasiones pero que, tras el estallido del escándalo Lava Jato y las confesiones de la empresa brasileña Odebrecht, le dejó completamente arrinconado.
La situación del ex mandatario se precipitó en noviembre de 2018, cuando García, quien residía en España, visitó su país natal para participar en una cita con la Fiscalía para ser interrogado en el marco de una investigación por corrupción que vinculaba a varios de sus colaboradores.
Allí se encontró con su inclusión en la lista de investigados y con un pedido de impedimento de salida del país, mientras la prensa informaba de que documentación aportada por Odebrecht recogía pagos irregulares al ex mandatario que confirmarían su participación en actos de corrupción.
García, sobre el que en ese momento no pesaba ninguna orden de detención, buscó refugio en la residencia del embajador uruguayo en Lima aduciendo "persecución política".
Tras varias semanas, Uruguay rechazó ese pedido y un escarmentado García salió de la sede diplomática muy dañado en su prestigio y consciente de que en esta ocasión ya no recibiría apoyo externo en su lucha por eludir a la Justicia.
Lejos quedó la fecha de 1992, cuando empleó con éxito la misma estrategia tras el autogolpe que protagonizó Alberto Fujimori, y después de ser acusado de enriquecimiento ilícito se refugió con éxito en la Embajada de Colombia en Lima.
Desde allí partió al exilio, primero a Colombia y luego a Francia, donde permaneció hasta que en 2001 la Corte Suprema de Perú declaró prescritos aquellos delitos, por los que nunca fue juzgado.
El primer Gobierno de García (1985-1990) es considerado como desastroso por la mayor parte de los peruanos, debido a la profunda crisis económica y el embate del grupo terrorista Sendero Luminoso, sin embargo volvió a ser elegido en 2006.
En ese segundo periodo realizó un viraje ideológico radical de la izquierda de sus orígenes a una derecha económica y social sin complejos, mientras en el imaginario colectivo de Perú quedaba como un personaje inmune a toda acusación.
Nacido el 23 de mayo de 1949, Alan Gabriel Ludwing García Pérez se licenció en Derecho por la Universidad de San Marcos de Lima, se doctoró en la Complutense de Madrid y amplió estudios en la Sorbona de París. Regresó a Perú en 1978 e integró la Asamblea Constituyente que redactó la Carta Magna de 1979, después fue diputado por Lima y en 1982 secretario general del PAP, lo que catapultó su candidatura a la Presidencia en 1985.
Como gobernante, vivió dos años de idilio con el pueblo, con medidas como la restricción del pago de la deuda exterior, el rechazo a los organismos multilaterales, la reducción de gastos militares y la limitación de las importaciones. Allí, con 36 años, se ganó el apodo de "Caballo loco".
El punto de inflexión llegó en 1987 cuando intentó nacionalizar la banca, lo que generó una oleada de protestas lideradas por el escritor y futuro premio Nobel Mario Vargas Llosa.
En 1990, la economía del país estaba colapsada, la inflación superaba el 7.000 por ciento anual y la figura política de García estaba totalmente desprestigiada.
Luego vino el exilio y el retorno al país, en donde compitió por la Presidencia en 2001, en una votación que ganó Alejandro Toledo.
Ya en 2006 volvió a presentarse, esta vez reconvertido a la ortodoxia económica y pese al lastre de su pasado, se impuso en la segunda vuelta electoral al nacionalista e izquierdista Ollanta Humala.
Un político acechado
17 de abril de 2019. Ordenan la detención preventiva del ex presidente Alan García por supuestos delitos de corrupción vinculados al caso Odebrecht.
19 noviembre 2018. El Congreso de Perú aprueba un informe de la Comisión de investigación del caso Lava Jato que recomienda denunciar a 132 personas, entre ellos los ex presidentes Toledo, Humala y Kuczynski, pero excluyen al ex presidente García.n todoterreno.
10 de junio de 2018. Abren una investigación contra García por tráfico de influencias y presuntos aportes de Odebrecht a su campaña presidencial en 2006 y por la corrupción en la adjudicación de los tramos 1 y 2 de la Línea 1 del Metro de Lima.
2001. La Corte Suprema de Justicia declara prescritos los delitos contra García.
1993. Abren instrucción penal contra García por presunto enriquecimiento ilícito en agravio del Estado.
14 de abril 1985. Alan García, del Partido Aprista Peruano (PAP), es elegido Presidente.
Procesados
En Perú, el caso Odebrecht también tiene imputados a los ex presidentes Alejandro Toledo (2001-2006), Ollanta Humala (2011-2016) y Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), además de la líder opositora Keiko Fujimori por las donaciones irregulares que recibió para sus campañas electorales a la Presidencia.
Juventud
35
años tenía Alan García en 1985 cuando asumió por primera vez la presidencia de Perú, de la mano del APRA.