La Cumbre del G7 llega fraccionada a su epílogo
No hay consenso entre las potencias sobre el retorno de Rusia y la guerra comercial de EEUU con China no ingresó en los debates

La cumbre del G7 en Biarritz (Francia) llega a su jornada final sin consensos en torno a la reincorporación de Rusia ni posturas firmes sobre la guerra comercial entre Estados Unidos y China, en medio de un nuevo frente de tensión marcado por la irrupción sorpresa de China.
Los líderes del G7 siguen divididos sobre el retorno de Rusia a este foro, según reconoció ayer el presidente estadounidense Donald Trump, principal promotor de la idea dentro del grupo. Rusia fue excluida del hasta entonces G8 tras la invasión y anexión de Crimea, en 2014.
Trump explicó que en el G7 hay "algunas personas a las que les gustaría ver a Rusia de vuelta. Creo que sería ventajoso para muchas cosas en el mundo. Creo que sería positivo".
Si bien destacó que "hay algunos que coinciden" con él, también reconoció que "otros no están necesariamente de acuerdo. Puede que simplemente lo dejemos como está".
Pocas horas antes, Trump se había mostrado algo más optimista acerca de un hipotético retorno de Rusia para la cumbre del próximo año, que se celebrará precisamente en Estados Unidos, más aún cuanto que mantiene una relación bastante fluida con el mandatario ruso, Vladímir Putin.
La guerra comercial de Estados Unidos con China también marcó la agenda en el G7, aunque Trump aseguró ayer que los demás miembros del G7 no le han pedido tregua, pero reconoció que tiene dudas sobre todo lo que hace.
"Nadie me ha dicho eso", respondió el presidente estadounidense a una pregunta acerca de si los aliados del G7 le presionaron durante esta cumbre para que ponga fin a la tensión con el gigante asiático, que está ralentizando el crecimiento económico mundial.
El Mandatario norteamericano, en unas breves declaraciones a la prensa tras un desayuno con el primer ministro británico, Boris Johnson, insistió en su punto de vista de que lo que China hizo a Estados Unidos "es indignante", por llevarse "cientos de miles de millones de dólares cada año" a través de lo que él considera prácticas comerciales ilícitas y robo de propiedad intelectual.
Aún así, reconoció que tiene algunas "dudas" sobre sus decisiones sobre China, ya que tiene dudas "sobre todo", y apostó por continuar el diálogo con Pekín.
La portavoz de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, emitió una declaración en la que lamentó que estas palabras hayan sido "muy malinterpretadas" por la prensa: "el presidente Trump respondió de forma afirmativa porque lamenta no haber aumentado aún más los aranceles".
Esta declaración de Grisham llegó después de que algunos medios estadounidenses consideraran que Trump tiene "dudas" acerca del conjunto de su política de conflicto comercial con China.
LA IRRUPCIÓN DE IRÁN
Irán se coló ayer por sorpresa en la cumbre del G7 en Biarritz con la irrupción del negociador iraní, Mohamed Yavad Zarif. Con esto, el pacto nuclear se cuela en el convulso encuentro.
Macron se reunió durante media hora con Zarif en el Ayuntamiento de Biarritz flanqueado por su ministro de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, quien en total pasó tres horas con su homólogo iraní junto a consejeros diplomáticos alemanes y británicos.
Los responsables de las democracias más desarrolladas (Alemania, Francia, Italia, Reino Unido, Canadá, Japón y EE.UU.) coincidieron en que cualquier diálogo debe tener dos objetivos: impedir que el régimen de los ayatolás se haga con el arma nuclear y garantizar la estabilidad en la región.
PROTESTAS
Un total de 19 personas fueron detenidas por el dispositivo de seguridad para la cumbre del G7, indicó la Prefectura de los Pirineos Atlánticos, el departamento en el que se encuentra esa ciudad vascofrancesa.
De todos esos arrestados, 17 quedaron bajo custodia en comisaría. Se les reprochan, en particular, actos de ultraje, estar en posesión de objetos que pueden utilizarse como armas y violencia contra oficiales.