Los radicales de las FARC quiebran proceso de paz

El presidente colombiano, Iván Duque, denunció que los rebeldes que retomaron las armas cuentan con el apoyo de Nicolás Maduro

GUERRILLA. GUERRILLA. Foto: EFE

Bogotá/EFE
Mundo / 30/08/2019 00:33

El sector más radical de las FARC liderado por su antiguo jefe negociador, Luciano Marín, alias "Iván Márquez", abrió ayer un cisma en el proceso de paz al anunciar junto a otros exlíderes guerrilleros que vuelve a las armas, decisión condenada por el presidente de su partido, Rodrigo Londoño y que derivó en una inmediata orden de captura librada por la Justicia Especial para la Paz (JEP).

Márquez, que estuvo cerca de un año en paradero desconocido, reapareció en un video difundido en internet en el que afirma que "ha comenzado la segunda Marquetalia (lugar de nacimiento de las FARC) bajo el amparo del derecho universal que asiste a todos los pueblos del mundo de levantarse en armas contra la opresión".

"Es la continuación de la lucha guerrillera en respuesta a la traición del Estado al acuerdo de paz de La Habana", afirma Márquez en un manifiesto de 32 minutos en que repite en varias ocasiones los incumplimientos del Estado del acuerdo de paz y asegura que por ello fueron "obligados a retomar las armas".

A su alrededor aparecen otros nombres asociados a los atentados más sanguinarios de las FARC, como Hernán Darío Velásquez, alias "El Paisa", o Henry Castellanos Garzón alias "Romaña", cuya mención revive las peores pesadillas de Colombia, y Seuxis Paucias Hernández, alias "Jesús Santrich".

Durante su mensaje, Márquez afirma encontrarse en algún punto en la zona del río Inírida, situado en la región amazónica del sureste del país, cerca de las fronteras con Venezuela y Brasil, una de las regiones donde con más fuerza se asentaron los grupos de disidentes de las FARC que nunca se acogieron al acuerdo de paz firmado en noviembre de 2016.

Precisamente ese es uno de los puntos más delicados de su vuelta a las armas, puesto que Márquez afirmó que buscarán "coordinar esfuerzos con la guerrilla del ELN y con aquellos compañeros y compañeras que no han plegado sus banderas".

Según un informe difundido ayer por la Fundación Paz y Reconciliación, existen en Colombia 24 bandas de disidentes de las FARC compuestas por unas 1.800 personas mientras que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) se ha expandido desde la firma de la paz.

En su mensaje, Márquez toma de nuevo el nombre y símbolos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), algo que se evidencia al aparecer todos con uniformes verde olivo con las enseñas de la guerrilla así como los retratos de su fundador Pedro Antonio Marín, alias "Manuel Marulanda" o "Tirofijo" y otros dirigentes históricos.

Sin embargo, aseguró que optarán por una peculiar estrategia que no tiene como objetivo soldados ni policías "respetuosos de los intereses populares", sino que será "esa oligarquía excluyente y corrupta, mafiosa y violenta que cree que puede seguir atrancando la puerta del futuro de un país".

Será "una nueva modalidad operativa" afirma, y asegura que solo responderán "a la ofensiva".

El principal rechazo al anuncio lo hizo el que durante años fue su jefe en la guerrilla y firmante del acuerdo de paz, Rodrigo Londoño, quien pidió perdón por la decisión de Márquez y sus adláteres.

"Sentimos vergüenza. Yo le pido disculpas al pueblo colombiano, a la comunidad internacional y a los países como Cuba y Noruega (garantes del acuerdo de paz) que se han fajado (empeñado) tanto en apoyarnos en este proceso", subrayó en una rueda de prensa.

Para Londoño, la inmensa mayoría de los exguerrilleros siguen comprometidos con el proceso de paz y aseguró ellos son "lo mejor" de las FARC, a la que considera "extinta" como grupo armado.

La respuesta del Gobierno la hizo el presidente Iván Duque, quien subrayó que lo que nace este jueves no es una nueva guerrilla, sino "una banda de narcoterroristas que cuenta con el albergue y apoyo de la dictadura de Nicolás Maduro" en Venezuela.

"No caigamos en la trampa de quienes hoy pretenden escudarse detrás de falsos ropajes ideológicos para sostener sus andamiajes delictivos", subrayó en una declaración al país.

También hizo un llamado a la comunidad internacional para que preste su apoyo a Colombia "en el rechazo inequívoco a estas amenazas criminales y que entreguen a estos terroristas" y lanzó una advertencia a Maduro al recordar que "los Estados que le brinden protección al terrorismo violan la Resolución 1373 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas".

Mientras, el considerado número dos del chavismo, Diosdado Cabello, dijo ayer  que Venezuela no tiene "nada" que ver con lo que sucede en Colombia.

"Lamentamos profundamente lo que está ocurriendo en Colombia (...) que continúe en el espiral de violencia que tiene 60 años, y eso no comenzó por culpa de Venezuela, eso comenzó porque en Colombia mataron, la oligarquía mató a Jorge Eliécer Gaitán, ahí empezó. ¿Qué tiene que ver Venezuela? nada", dijo.

La Justicia Especial para la Paz (JEP) de Colombia ordenó ayer la captura de cinco disidentes de las FARC que anunciaron su regreso a las armas, entre ellos "Iván Márquez", y "Jesús Santrich".

Unánime rechazo a reagrupación de la guerrilla

La sociedad colombiana condenó ayer por unanimidad la decisión del exjefe negociador de paz de las FARC, Luciano Marín Arango, alias "Iván Márquez", de volver a las armas porque eso empuja de nuevo al país al conflicto armado.

El expresidente colombiano Juan Manuel Santos (2010-2018), en cuyo Gobierno se firmó la paz, quien recomendó que el Estado mantenga su apoyo a los exguerrilleros que siguen comprometidos con el proceso y "reprimir" a desertores como "Iván Márquez".

"El 90 % de las FARC sigue en el proceso de paz. Hay que seguirles cumpliendo. A los desertores hay que reprimirlos con toda contundencia. La batalla por la paz no se detiene", manifestó Santos en Twitter.

El expresidente Álvaro Uribe, que gobernó de 2002 a 2010 y es un enemigo declarado de las FARC y crítico acérrimo del acuerdo de paz, propuso que se elimine la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y que se quite el rango constitucional a ese pacto.

La sociedad colombiana condenó ayer por unanimidad la decisión del exjefe negociador de paz de las FARC, Luciano Marín Arango, alias "Iván Márquez", de volver a las armas porque eso empuja de nuevo al país al conflicto armado.

El expresidente colombiano Juan Manuel Santos (2010-2018), en cuyo Gobierno se firmó la paz, quien recomendó que el Estado mantenga su apoyo a los exguerrilleros que siguen comprometidos con el proceso y "reprimir" a desertores como "Iván Márquez".

"El 90 % de las FARC sigue en el proceso de paz. Hay que seguirles cumpliendo. A los desertores hay que reprimirlos con toda contundencia. La batalla por la paz no se detiene", manifestó Santos en Twitter.

El expresidente Álvaro Uribe, que gobernó de 2002 a 2010 y es un enemigo declarado de las FARC y crítico acérrimo del acuerdo de paz, propuso que se elimine la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y que se quite el rango constitucional a ese pacto.

Nueva estrategia

Los disidentes optarán por una peculiar estrategia que no tiene como objetivo soldados ni policías "respetuosos de los intereses populares", sino que será "esa oligarquía excluyente y corrupta".

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