Cataluña: Baja violencia pero sigue la estrategia
La intensidad de las protestas violentas en Cataluña está bajando, según los últimos datos oficiales, aunque aumenta el impacto en los mensajes y las estrategias de cara a las elecciones legislativas del 10 de noviembre.
La intensidad de las protestas violentas en Cataluña está bajando, según los últimos datos oficiales, aunque aumenta el impacto en los mensajes y las estrategias de cara a las elecciones legislativas del 10 de noviembre.
Los violentos altercados ocurridos desde entonces y centrados en Barcelona, causaron cientos de lesionados y heridos –entre ellos 288 policías– con tácticas de guerrilla urbana a cargo de un núcleo duro de cientos de radicales, incluyendo el uso de incendios, armas artesanales y el saqueo de comercios.
La noche del sábado al domingo fue la más calmada, con 13 detenidos y 14 lesionados, según anunció ayer el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, tras una reunión del comité de seguimiento del Gobierno central.
Los disturbios "van a menos" y el Gobierno continúa "con el plan de anularlos", aseguró el ministro.
Sin embargo, la violencia ecplipsó los mensajes electorales que los partidos políticos y alteró por completo las estrategias y las agendas para esos comicios, cuya campaña comenzará oficialmente el 1 de noviembre.
Así, el presidente del Gobierno en funciones, el socialista Pedro Sánchez, tuvo que interrumpir su activa precampaña electoral, pues lleva siete días sin salir del Palacio de la Moncloa, sede del Ejecutivo excepto para acudir a una cumbre de líderes de la Unión Europea.
En los principales partidos de centro derecha, el Partido Popular (PP, conservador) y Ciudadanos (C's, liberal), se está comenzando a vincular la violencia en Cataluña con el argumento de que es necesario que las elecciones de noviembre supongan un cambio al frente del Gobierno español.