Multitudinaria marcha pide renuncia de Piñera
Ola de protestas deja un saldo de 19 muertos y al menos 600 heridos en una semana

La manifestación más grande de Chile desde que cayó en 1990 el dictador Augusto Pinochet reunió ayer en Santiago a al menos un millón de personas cuando se cumple una semana de las protestas contra la desigualdad social en el país y que ya deja 19 muertos.
A pesar de que la convocatoria era para la tarde de ayer, la inmensa Plaza Italia, punto neurálgico de la mayor ola de protestas de la historia democrática de Chile, lucía abarrotada horas antes mientras miles de personas se quedaban en las avenidas aledañas sin poder ingresar.
Algo más de una hora después, la concentración reunía ya a más de un millón de personas, según las cifras de la Intendencia Metropolitana, e iba en aumento conforme pasaban los minutos.
La muchedumbre rebosó el epicentro del descontento social para reclamar la salida del presidente Sebastián Piñera por la represión y presuntas violaciones de los derechos humanos cometidas por las fuerzas del orden contra los manifestantes en días anteriores.
También por considerar insuficientes el paquete de medidas propuesto por el Mandatario para contentar los reclamos de mejores pensiones y salarios, y de precios más justos para la luz, el gas, la educación universitaria y los servicios de salud.
Entre la multitud comenzó a desplegarse una gigantesca bandera con el lema "Chile despertó", la consigna que proliferó por las redes sociales, acompañado de la frase "No estamos en guerra", en referencia a la declaración de guerra que hizo Piñera contra los causantes de incendios en supermercados y estaciones del Metro.
Otra gran pancarta solicitaba "asamblea constituyente" para redactar una nueva Constitución que reemplaza la Carta Magna de la dictadura que rige en Chile desde 1980 y a la que los manifestantes culpan del modelo económico neoliberal que agudizó la desigualdad entre las distintas clases sociales.
"Por la dignidad de nuestro pueblo, a la calle sin miedo", se leía en otro gran cartel que se colgó desde lo alto de uno de los edificios que rodean la emblemática plaza santiaguina.
Esta ola de protestas, que tiene un saldo de 19 muertos, al menos 600 heridos y 6.000 detenidos, según la Fiscalía, se produce a escasas semanas de que Santiago acoja una serie de importantes cumbres.
En tres semanas debe albergar la cumbre de líderes del Foro Económico Asia-Pacífico (APEC), donde se espera la posible llegada de los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump; de Rusia, Vladimir Putin; y de China, Xi Jinping.
Mientras, Piñera aseguró que "todos" escucharon el mensaje de los 1,2 millones de personas que abarrotaron la Plaza Italia y el centro de Santiago para protestar por octava jornada contra el Gobierno y la desigualdad social.
"La multitudinaria, alegre y pacífica marcha, donde los chilenos piden un Chile más justo y solidario, abre grandes caminos de futuro y esperanza. Todos hemos escuchado el mensaje. Todos hemos cambiado. Con unidad y ayuda de Dios, recorreremos el camino a ese Chile mejor para todos", escribió el mandatario en Twitter.
Sin embargo, la petición más repetida en las protestas multitudinarias que se reproducen por todo el país fue su renuncia, en los gritos de la gente y los carteles que portaban.
El tono pacífico duró unas dos horas, cuando los antidisturbios comenzaron a actuar con el lanzamiento de gases lacrimógenos a la masa, lo que llevó a dispersar rápidamente la manifestación y la mayoría de los participantes puso rumbo a su casa antes de que se iniciase la octava noche de toque de queda en la capital.
Barras
En el centro de la plaza protestaban hermanadas las barras bravas de la Universidad de Chile, Colo Colo y Universidad Católica, los tres clubes más históricos del fútbol chileno.