Argentina: El peronismo toca las puertas de la Casa Rosada
El presidente Mauricio Macri confía en revertir el resultado de las primarias

Los argentinos deciden en los comicios de hoy entre el retorno del peronismo al poder de la mano de Alberto Fernández o la reelección del presidente Mauricio Macri, en medio de una de las peores crisis económicas del país.
Todas las encuestas pronostican una victoria del peronista, que lleva como candidata a la Vicepresidencia a la exmandataria Cristina Fernández (2007-2015), en sintonía con los resultados de las elecciones primarias de agosto pasado en las que aventajó por 16 puntos a Macri.
Si se repiten los resultados de las primarias, Fernández tomará las riendas del poder el próximo 10 de diciembre sin necesidad de una segunda vuelta, prevista para el 24 de noviembre en el caso de que ninguno de los candidatos alcance el 45% de los votos o más del 40% y diez puntos porcentuales de ventaja sobre el segundo más votado.
Pero Macri, de 60 años, no se da por vencido a pesar del voto castigo que sufrió en las elecciones primarias por su gestión de una economía en recesión desde hace un año y medio, con una inflación disparada que se espera que termine el año en una tasa cercana al 55%, una de las más altas del mundo, y elevados índices de pobreza (35,4 %) y desempleo (10,6%).
A Macri tampoco le ayuda el ajuste fiscal puesto en marcha tras el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para un auxilio financiero por un total de 56.300 millones de dólares, el mayor en la historia de este organismo.
Animado por las multitudinarias marchas que le han arropado en su campaña del "Sí, se puede", Macri confía en lograr más votos en las urnas y en que una mayor fiscalización de la votación, sumado a que la tasa de participación de estos comicios sea superior a la de las últimas elecciones, lo ayude a forzar una segunda vuelta.
En el peronismo no tienen duda de que la crisis económica pasará factura a Macri.
La jugada maestra de Cristina Fernández, quien afronta varias causas judiciales por presunta corrupción durante su Gobierno, de ceder la candidatura presidencial a Alberto Fernández, jefe de Gabinete durante todo el Gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007) así como durante los primeros meses de su primer mandato, también rindió sus frutos.
Alberto Fernández, que se fue del Gobierno de Cristina Fernández en 2008 y desde entonces se había convertido en uno de los mayores críticos de su gestión, consiguió atraer a un voto más moderado del que tiene la expresidenta, que estuvo casi ausente en esta campaña consciente de que su figura despierta animadversión en un parte del electorado.
En opinión del analista Jorge Giacobbe, el discurso en esta campaña de Alberto Fernández, de 60 años, "ha conformado una identidad muy híbrida y eso le sirve para ganar elecciones".
"Nadie sabe quién es Alberto (...). Hay gente queriendo ver que va a ser como Carlos Menem, otros como Néstor Kirchner, otros como Cristina. Finalmente va a ser una sola cosa", dijo.
La incertidumbre sobre el rumbo que tomará la economía tras los comicios también hizo mella esta semana en los mercados argentinos y volvieron las filas en los bancos de los ciudadanos que buscan proteger sus ahorros y se vuelcan a comprar dólares.
En los últimos días, el dólar volvió a subir, el viernes cerró a un valor récord de 65 pesos por unidad, y el ritmo de descenso de las reservas monetarias ha crecido con inversores que optan por la divisa estadounidense ante eventuales nuevos sobresaltos financieros y por temor a que los controles cambiarios decretados en septiembre por Macri se profundicen después de las elecciones.
Sea quien sea el vencedor de los comicios, tendrá que lidiar con un complejo escenario económico, y el reto más urgente será renegociar la deuda que asfixia Argentina.