Francisco pidió perdón por reprender a una fiel
El martes, el Papa golpeó en la mano a una mujer que lo había agarrado fuertemente.

El papa Francisco pidió ayer perdón públicamente por reprender el martes a una mujer que le agarró bruscamente de la mano y lo empujó hacia ella, cuando el pontífice saludaba a los fieles en la plaza de San Pedro.
“Muchas veces perdemos la paciencia, también yo. Pido perdón por el mal ejemplo de ayer”, señaló Francisco desde la ventana del palacio apostólico y momentos antes del rezo del Ángelus. El Papa ofició ayer la primera misa del año en la basílica de San Pedro del Vaticano y ofreció una homilía en la que condenó la violencia, la humillación y las ofensas que sufren con frecuencia las mujeres.
el incidente
Después acudió al palacio apostólico vaticano para rezar el Ángelus junto a los congregados en la Plaza de San Pedro y aprovechó la ocasión para disculparse por su reacción con una mujer que le agarró el martes fuertemente la mano con la intención de saludarlo e incluso lo zarandeó levemente.
Esta mujer se encontraba detrás de las barreras de seguridad de la plaza, con otros fieles, y cuando el Papa se acercó lo atrajo repentinamente hacia ella.
Jorge Bergoglio, molesto, trató de retirarse y después golpeó la mano de la mujer en señal de reprimenda, mientras sus agentes de seguridad se acercaron en su ayuda, aunque no tuvieron que intervenir.
“FUENTE DE VIDA”
En su primera misa del año, Francisco condendó la violencia, la humillación y las ofensas que sufren con frecuencia las mujeres y dijo que el trato hacia ellas mide el nivel de humanidad. “Las mujeres son fuente de vida. Sin embargo, son continuamente ofendidas, golpeadas, violadas, inducidas a prostituirse y a eliminar la vida que llevan en el vientre. Toda violencia infligida a la mujer es una profanación de Dios, nacido de una mujer”, afirmó.
“La salvación para la Humanidad vino del cuerpo de una mujer: de cómo tratamos el cuerpo de la mujer comprendemos nuestro nivel de humanidad”, añadió, en una homilía centrada en la figura femenina, pues precisamente el 1 de enero la Iglesia católica conmemora la Solemnidad de María Santísima Madre de Dios.
También lamentó que a menudo “el cuerpo de la mujer se sacrifica en los altares profanos de la publicidad, del lucro, de la pornografía” y es “explotado como un terreno para utilizar”.
Defendió que el cuerpo femenino sea "liberado del consumismo, respetado y honrado" porque "es la carne más noble del mundo, pues concibió y dio a luz al amor" que salvó a los hombres.