El hambre y la desnutrición asolan el norte argentino
El único hijo de Amalia se convirtió el domingo pasado en el sexto niño muerto por desnutrición en lo que va de mes, en Salta, provincia en el extremo norte de Argentina que linda con Bolivia, Chile y Paraguay.
El único hijo de Amalia se convirtió el domingo pasado en el sexto niño muerto por desnutrición en lo que va de mes, en Salta, provincia en el extremo norte de Argentina que linda con Bolivia, Chile y Paraguay.
El niño tenía un año y nueve meses y vivía con su madre en una comunidad de 150 familias indígenas wichís en el municipio de Embarcación. Murió durante el traslado entre dos centros de salud. El gobierno salteño informó que el pequeño estaba en un estado general grave, con fiebre, deshidratación severa y diez días de vómitos y diarrea. “Tenía una enfermedad de base: desnutrición crónica”, admitieron las autoridades.
Casos como este se suceden año a año en Salta, donde el verano es duro y las sequías se turnan con las inundaciones para dejar sin alimentos a las comunidades indígenas más aisladas. Como tantas otras veces, el estado provincial, liderado por el peronismo durante 32 de los últimos 36 años de democracia, declaró la emergencia sociosanitaria.