Los polacos se alistan para ir a las urnas con el reto de confirmar o revocar un modelo de país
El ultraconservador Andrzej Duda y el liberal Rafal Trzaskowski buscan la presidencia del país europeo
Los polacos están llamados a elegir el domingo a su presidente entre las opciones políticas del ultraconservador Andrzej Duda y del liberal Rafal Trzaskowski con el desafío de confirmar o revocar su modelo de país.
Ambos candidatos superaron la primera ronda de las presidenciales el 28 de junio y acuden a la segunda, igualados en los sondeos en una votación cuyo resultado puede afectar decisivamente al futuro de Polonia y a la que están convocados casi 30 millones de ciudadanos.
La primera vuelta se celebró tras ser retrasada por la pandemia del coronavirus, en unos comicios mixtos presenciales y por correo, que suscitaron una cierta preocupación por la seguridad de los votantes que ahora, con un país desconfinado, parece no tener ya tanto protagonismo.
"Si el cambio que estamos esperando no llega, sé lo que nos aguarda en nuestro futuro en la Unión Europea y en el mundo. El alcalde de Varsovia (Rafal Trzaskowski) es mucho más europeo y cosmopolita que el presidente actual, que es sobre todo la cara y la boca de otros. Alguien que nunca sale de Polonia y no ve nada fuera de ella", dice a Efe Beata, profesora y traductora.
Días antes de la primera ronda, Beata fue detenida brevemente cuando se manifestaba en su bicicleta contra la censura en el tercer canal de la radio pública. El momento fue grabado en vídeo por la diputada Agnieszka Dziemianowicz-Bąk y se hizo viral.
En opinión de Beata, el presidente Andrzej Duda y el gobernante Ley y Justicia (PiS) están llevando al país a un lugar estancado, aislado, centrado en sí mismo y reacio a abrirse al mundo.
En las últimas semanas, elegir entre los dos candidatos se comparó con optar por un modelo de civilización. Un conocido sacerdote católico, Tadeusz Rydzyk, fundador de la emisora Radio Maryja, declaró hace poco al diario "Nasz Dziennik" que las elecciones son parte de una guerra de civilizaciones.
LA POLONIA CATÓLICA Y LA AMENAZA DE LA ANTICULTURA
"En Europa, Polonia es una isla de religión y protege la ley natural y la ley de Dios. El domingo elegiremos entre la civilización latina y la anticivilización, entre la Polonia blanca y roja (por su bandera) y su cultura y el liberalismo de izquierdas. Con todas sus consecuencias: anticultura, antiética, la lucha contra Dios y la familia normal", dijo Rydzyk en su propio periódico.
Esta narrativa es la que parece apelar al electorado de Duda.
"La cuestión es si la sociedad polaca se basará en reglas cristianas, no en sentido religioso estricto, o en normas que derriban la idea de familia y los vínculos sociales. El objetivo es atomizar la sociedad para hacerla más susceptible a manipulación y control y convertir a la gente de sujetos a objetos, simples consumidores", dice Marek, empleado bancario.
Marek habla a Efe después de pasar las horas previas a la jornada de reflexión distribuyendo propaganda de apoyo a Duda, justo enfrente del Palacio Presidencial.
DOS CANDIDATOS CON VISIONES DIFERENTES
Para Jarosław Kuisz, ensayista político y fundador del portal Cultura Liberal (Kultura Liberalna), la metáfora de la guerra de civilizaciones es poco más que un término útil. Sin embargo, piensa que los candidatos sí representan visiones diferentes.
"La 'guerra de civilizaciones' es retórica, por supuesto. Las declaraciones de Duda y Trzaskowski están llenas de un cierto 'pathos' para movilizar a sus votantes. Sin embargo, representan dos visiones muy diferentes del desarrollo del país", dice a Efe.
Kuisz piensa que "el primero es un candidato conservador-populista. El otro es liberal centrista. Inevitablemente, el centro de la masa de ambas visiones está en lugares distintos".
Considera que en un potencial segundo mandado, Duda será continuista y Polonia seguirá siendo un lugar "conservador-populista" en Europa. En su opinión, para el PiS la prioridad es la política interna y mantener el poder.
Preguntado sobre asuntos europeos, Kuisz advierte que ha estado ausente de la campaña. Duda y el PiS centraron sus esfuerzos en reforzar las relaciones con el presidente estadounidense, Donald Trump, y su administración y en no aportar mucho al proyecto europeo.
"La política exterior del PiS se parece cada vez más a viajar sin billete. Cuando se trata de los populistas polacos, pueden permitirse cierto tipo de políticas del 'aquí y ahora' porque está el marco de la democracia liberal de la Unión Europea y la OTAN", agrega.
"Alemania practica la política del apaciguamiento con Polonia, mientras a Francia por el momento no le interesan las políticas activas proliberales", apunta Kuisz, quien cree que Trzaskowski tiene potencial para convertirse en un político europeo destacado y quizás un reformista.
EL ALCALDE QUE PODRÍA SER UN REFORMISTA EUROPEO
"Mirando el currículum de Trzaskowski, creo que es un político capaz de volver a los encuentros del Triángulo de Weimar (creado entre París, Berlín y Varsovia en 1991) o propiciar reformas en Europa", agrega.
Antes de convertirse en alcalde de Varsovia, Trzaskowski fue eurodiputado y viceministro de Exteriores, responsable de relaciones europeas con el primer ministro Donald Tusk (expresidente del Consejo de la UE).
Sin embargo, este analista recuerda que el gobierno del PiS probablemente limitaría las ambiciones de Trzaskowski en el caso de que gane el domingo.
"Las competencias constitucionales del jefe del Estado en Polonia son limitadas. El gobierno de Ley y Justicia continuará con su política y causará conflictos para desautorizar a su rival. No será fácil. Durante la primera cohabitación, cuando el presidente era del PiS y la oposición tenía el gobierno, los conflictos eran enormes", señala.
"Será un gran espectáculo, pero la cohabitación no resulta bonita. En el modelo de la V República francesa, las cohabitaciones entre Mitterrand y Chirac o Chirac y Jospin también estuvieron llenas de pequeñeces prosaicas entre políticos", advierte Kuisz.