El papa manifiesta ante los judíos eslovacos su "vergüenza" por el pasado

El Pontífice volvió a condenar el "holocausto" del pueblo judío ocurrido en varios países del centro de Europa durante la Segunda Guerra Mundial

Francisco fue recibido en Eslovaquia por representantes de otras religiones y creencias, entre ellas la judía. Francisco fue recibido en Eslovaquia por representantes de otras religiones y creencias, entre ellas la judía. Foto: HANDOUT / VATICAN MEDIA / AFP

Catherine Marciano y Laszlo Juhasz/AFP
Mundo / 13/09/2021 15:43

El papa Francisco expresó el lunes su "vergüenza" por la masacre de más de 100.000 judíos eslovacos en el Holocausto, condenando "la locura del odio" de la Segunda Guerra Mundial, durante una visita a Eslovaquia.

El papa acababa de escuchar el testimonio de un sobreviviente nacido en 1942 y que no tiene recuerdos de sus padres desaparecidos, en la plaza Rybne, barrio tradicional judío de Bratislava, donde había antes una imponente sinagoga demolida en 1969 por el gobierno comunista para hacer un puente.

Un monumento erigido en esta plaza en 1996 conmemora a las 105.000 víctimas del Holocausto en Eslovaquia.

Tres días antes de la llegada del papa, Bratislava se disculpó formalmente por el oscuro legado de la época del presidente Jozef Tiso, un sacerdote católico que aceptó enviar a decenas de miles de judíos a los campos de exterminio alemanes.

"El nombre de Dios fue deshonrado. En la locura del odio, durante la Segunda Guerra Mundial, más de cien mil judíos eslovacos fueron asesinados. Y después, cuando se quisieron borrar las huellas de la comunidad, aquí la sinagoga fue demolida", deploró el papa Francisco. 

"Aquí, ante la historia del pueblo judío, marcada por este agravio trágico e indescriptible, nos avergonzamos de admitirlo: ¡cuántas veces el nombre inefable del Altísimo ha sido usado para realizar acciones que por su falta de humanidad resultan inenarrables! Cuántos opresores han declarado: 'Dios está con nosotros', pero eran ellos los que no estaban con Dios", agregó.

Tras la creación en 1939 de la primera República Eslovaca, un país satélite totalitario de la Alemania nazi, se utilizaron varias leyes antijudías para la deportación de decenas de miles de judíos eslovacos.

Unirse contra el antisemitismo

En la actualidad, quedan menos de 300 sobrevivientes de la guerra en el país y la comunidad solo cuenta con unos 2.000 miembros.

El papa argentino también llamó a estar "unidos" en la "condena de toda violencia, de toda forma de antisemitismo".

Una encuesta publicada el año pasado por Globsec, un grupo de reflexión eslovaco, reveló que el 51% de los eslovacos cree que "los judíos tienen demasiado poder y controlan secretamente los gobiernos e instituciones de todo el mundo".

Richard Duda, presidente de la Unión Central de Comunidades Judías de Eslovaquia, espera que la presencia del papa Francisco ayude a mejorar las relaciones entre católicos y judíos. Como lo refleja su propia vida: "con mi querida esposa, somos una pareja inseparable judeo-cristiana desde hace más de tres décadas", dijo delante del papa.

La plaza donde estuvo Francisco se considera como un símbolo histórico de la cohabitación, donde durante siglos, la sinagoga existió junto a la catedral San Martín.

Fraternidad pospandemia

Francisco hizo también el lunes un llamamiento a la "fraternidad" que atraviese las fronteras de Europa, que debe reactivar su economía debilitada por la pandemia.

"Fraternidad es lo que necesitamos para promover una integración cada vez más necesaria", dijo el papa argentino, dirigiéndose a las autoridades políticas y civiles de este país de la Unión Europea de 5,4 millones de habitantes. 

"Esta [fraternidad] urge ahora, en un momento en el que, después de durísimos meses de pandemia, se plantea, junto a muchas dificultades, una anhelada reactivación económica, favorecida por los planes de recuperación de la Unión Europea", dijo Francisco.

El papa llegó el domingo a Bratislava tras una escala en Budapest, donde habló a puerta cerrada con el líder soberanista Viktor Orban.

Eslovaquia registró a principios de año una de las tasas más altas del mundo de contagio y mortalidad por covid-19 por habitante. El país ha registrado más de 12.000 muertos desde el inicio de la pandemia.

Francisco se refirió a la historia eslovaca como un "mensaje de paz", destacando el nacimiento "sin conflictos" de dos países independientes hace 28 años: la República Checa y Eslovaquia.

El papa, que sueña con un mundo nuevo y más justo después de la pandemia, cree que el futuro debe incluir "una lucha contra la corrupción" y el derecho al trabajo.  

Instó especialmente a los eslovacos, que en su día vivieron bajo un régimen comunista (un pensamiento único que "coartaba la libertad") a no caer en otra ideología "vacía de sentido", el individualismo.

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