Pekín en alerta máxima ante un brote de covid-19
Cerca de 22 millones de habitantes se sometieron a pruebas en los últimos días
Después de Shanghái, Pekín, la capital china, está en alerta máxima por la ola Ómicron. Desde el comienzo de la semana, los 22 millones de pekineses han tenido que someterse a pruebas masivas de covid-19. El miércoles se registraron 48 casos de infección, un brote sin precedentes en la capital China. Esto fue suficiente para cerrar la mayoría de las escuelas ayer por la mañana.
Pekín suma 48 casos confirmados locales en el mayor brote epidémico de la ciudad. Nunca se habían movilizado tantas medidas de prevención y control de forma masiva en la capital china.
La escuela ha terminado, al menos en las aulas, como explica este audio enviado en el mensajero WeChat poco después de las 7 de la mañana: “Hola padres, hoy las clases se impartirán en línea. Clases en línea en las escuelas primarias de los distritos de Chaoyang, Tongzhou, Xicheng, Dongcheng y Haidian”.
Si se mira el mapa, se trata del centro y el este de Pekín, y también el noroeste, que tienen zonas clasificadas como de riesgo, con residencias confinadas. Son 11 de los 16 distritos de Pekín.
Cada dos días todos sus vecinos deben hacerse una prueba PCR. Y como suele ocurrir en esta estrategia de “COVID-19 cero”, de carrera contrarreloj contra el virus, cuando se cierra algo, los habitantes son avisados en el último momento.
A poco de iniciar una de las tres festividades más importantes del año, la celebración del 1º de mayo, Día del Trabajador, quienes viven en Pekín han recibimos mensajes alertándonos de la importancia de no salir de la ciudad en esta fiesta de cinco días, ni juntarnos con gente.
Los días festivos siguen siendo estacionarios, como desde hace dos años, dado que casi 70 megaciudades chinas están ahora confinadas o semiconfinadas.
Entre esas megaciudades está Cantón, que canceló ayer cientos de vuelos y ordenó realizar test a 5,6 millones de personas tras detectar un caso sospechoso de covid-19. Cantón, un importante polo comercial y manufacturero en el sur de China, comenzó a testear a casi un tercio de sus 19 millones de habitantes tras detectar un resultado “anómalo” en el aeropuerto.