Lima, en Perú, es una olla a presión: Miles de campesinos protestan frente a otros tantos policías y militares
Un manifestante herido el miércoles en Puno murió este jueves
Las autoridades de Perú desplegaron un operativo de seguridad masivo en Lima ante la llegada de miles de habitantes de zonas rurales que, a esta hora del jueves, protestan contra la presidenta del país, Dina Boluarte, en medio de un ambiente de tensión tras la muerte de un segundo manifestante en el sur del país, el miércoles.
La Policía desplegó “11.800 efectivos en las calles para el control de disturbios, tenemos más de 120 camionetas y 49 vehículos militares, y también la participación de las fuerzas armadas”, aseguró el jefe de la Región Policial Lima, general Víctor Zanabría.
“La Policía está en alerta máxima”, agregó.
Este mismo jueves se conoció la muerte de un segundo manifestante herido de bala horas antes en el tórax cuando se manifestaba en Macusani, región de Puno, informó a la AFP la Defensoría del Pueblo.
El miércoles una mujer murió también de un balazo en el marco de las protestas en Macusani, donde una turba quemó una comisaría y un local judicial.
Estos dos decesos elevaron a 44 el total de fallecidos desde que estalló la crisis, el pasado 7 de diciembre.
Agentes de policía fueron rescatados por un helicóptero durante el ataque a la comisaría, señaló el canal N de televisión, sin mostrar imágenes.
En las regiones de Puno, Huánuco, Tacna centenares de campesinos se movilizaron por las calles. En Lima, pequeñas marchas empezaron desde distintos puntos de cara a converger en un punto determinado de la capital para una marcha que debe recorrer unos 20 kms por la ciudad de 10 millones de habitantes.
El aeropuerto de Arequipa, segunda ciudad del Perú, suspendió sus operaciones por seguridad.
El servicio de ferrocarriles entre Cusco y la ciudadela inca Machu Picchu, joya del turismo de Perú, también se suspendió, informó la compañía operadora.
“TOMAR LIMA”
Los manifestantes reclaman la renuncia de Boluarte y la convocatoria inmediata de elecciones.
“En Lima, la lucha tendrá más peso. Cuando nos reprimen en nuestras regiones, nadie lo menciona”, aseguró Abdón Félix Flores, de 30 años, un campesino que se dice listo “a dar su vida”. Salió el domingo de Andahuaylas, epicentro de las manifestaciones en diciembre, para llegar a Lima el martes.
Ha sido imposible conocer hasta el momento el alcance de la movilización y cuántas personas llegaron a Lima, pese a los diversos anuncios que circulan.
Antes de que las muertes en Macusani, el secretario general de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) dio una conferencia de prensa.
“Las marchas continuarán. Todas las regiones del país han dicho que no regresarán a su lugar de origen mientras no renuncie Dina Boluarte”, dijo a la AFP Gerónimo López, líder sindical que convocó a la huelga.
“No habrá paz social. Hay un desborde social en el pueblo como nunca se ha visto, es el clamor del pueblo peruano”, manifestó.
Aunque el gobierno decretó el domingo un estado de emergencia por 30 días en Lima, Cuzco, Callao y Puno, el dirigente sindical precisó que los organizadores no solicitaron autorización para la concentración.
“No hay autorización de la policía, nunca se pide autorización para una manifestación social, no es una obligación que nos autoricen”, aseguró, a pesar de que el estado de emergencia suspende las libertades de reunión y circulación, además de permitir la intervención del ejército para el mantenimiento del orden.
TRAICIÓN
Perú vive intensas protestas desde que el 7 de diciembre fue destituido por el Congreso el presidente izquierdista Pedro Castillo y arrestado por un fallido golpe de Estado con el cual intentó cerrar el Parlamento, gobernar por decretos y convocar a una Asamblea Constituyente.
La crisis también refleja la inmensa brecha que existe entre la capital y las provincias pobres que respaldan al presidente Castillo, de origen indígena, y que veían en su elección una forma de revancha contra el desprecio de Lima.
La presidenta Boluarte llamó a la calma el lunes: “Sabemos que quieren tomar Lima por todo lo que está saliendo en las redes el 18 y 19, yo los llamo a tomar Lima, sí, pero en paz, en calma”.
Boluarte era la vicepresidenta de Castillo, al que reemplazó según establece la Constitución, y proviene del mismo partido, pero es vista como una “traidora” por los manifestantes.
Las autoridades han previsto un importante dispositivo de seguridad en vista de la gran concentración. El miércoles por la noche, varias pequeñas manifestaciones en Lima fueron vigiladas de cerca por la fuerza pública.
Varias estatuas y monumentos del centro de la capital estaban envueltos en lonas de plástico para protegerlos de eventuales daños.