Mueren 11 personas migrantes tras naufragar frente a una costa de Libia
Las víctimas eran originarias de Egipto, Siria, Bangladesh y Túnez
La Guardia Costera libia recuperó este martes los cuerpos de 11 personas migrantes y rescató a cuatro supervivientes mientras continúan la búsqueda de un número indeterminado de desaparecidos después de que su embarcación precaria naufragase frente a la costa de Al Qarbouli, a 50 kilómetros al este de la capital.
Las víctimas eran originarias de Egipto, Siria, Bangladesh y el vecino Túnez. La Media Luna Roja ha localizado desde el domingo un total de 34 cuerpos en las costas de Sabrata al noroeste del país.
Libia es un país de tránsito para miles de migrantes que se embarcan en el Mediterráneo central- la ruta más mortífera- y, junto al vecino Túnez, se ha convertido en uno de los principales puntos de partida. Durante el primer trimestre se ha registrado la cifra más alta de fallecidos del último lustro con un total de 441 víctimas.
Desde enero las llegadas a la costa italiana han superado las 31.000 personas- casi cuatro veces más que en 2022- por lo que el Gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni decretó el pasado 11 de abril el estado de emergencia durante los próximos seis meses tras el desembarco de más de 3.000 personas en tan sólo tres días.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el pasado año un total de 24.684 personas fueron rescatadas o interceptadas y devueltas al país magrebí pese a ser considerado un lugar "no seguro", 529 personas perdieron la vida y otras 848 desaparecieron.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, alertó el pasado jueves sobre la precaria situación de los solicitantes de asilo y migrantes y pidió garantizar su rescate así como un "trato digno, eficaz y completo en un lugar seguro".
Al mismo tiempo, el Parlamento Europeo aprobó ese mismo día una serie de medidas para gestionar la migración, incluido un plan de emergencia que obligará a los 27 miembros a cooperar en caso de que la capacidad de recepción de un país socio se vea superada por la llegada "repentina y masiva" de solicitantes de asilo y migrantes y dispondrán de un año para reformar su caduco sistema de asilo.