Científicos rusos denuncian persecución tras la detención de un cuarto investigador en un año
Son acusados de traición al estado y afirman que ya no saben como cumplir su trabajo
Científicos rusos denuncian en una carta abierta la persecución de sus colegas tras la detención de un cuarto investigador en el último año por alta traición en un campo vinculado indirectamente con la fabricación de armamento.
"En esta situación no sólo tememos por la suerte de nuestros colegas. Simplemente no sabemos cómo seguir cumpliendo con nuestro trabajo", señala la carta de los científicos del Instituto de Mecánica Teorética y Aplicada de la ciudad siberiana de Novosibirsk.
El último detenido es Valeri Zvéguintsev, científico de dicho instituto, que está adscrito a la Academia de Ciencias de Rusia.
Zvéguintsev, que fue detenido en abril pasado y se encuentra en arresto domiciliario, escribió en la prensa iraní un artículo sobre la dinámica de los gases.
Ese fue el motivo de su detención, aunque, según informaron sus colegas a la agencia TASS, fue sometido a dos revisiones en busca de posibles secretos de Estado.
"Vemos que cualquier artículo o informe puede ser motivo de una acusación de alta traición. Aquello por lo que hoy nos premian y ponen como ejemplo, mañana se convierte en causa de persecución penal. En esta situación (...) es simplemente imposible trabajar", señala la misiva reproducida por el portal Taigá.
En su carta recuerdan que la detención del jefe del instituto, Alexandr Shipliukov, de su colega, Anatoli Máslov, y del investigador del Instituto de Física de Láser, Dmitri Kolker, que murió días después de su arresto, ya que sufría de cáncer en fase terminal.
Los científicos instan a las autoridades, a la comunidad científica y a los rusos a defender a sus colegas de la arbitrariedad.
"La ausencia de publicaciones y participación en conferencias no sólo supone el incumplimiento de la misión estatal de la organización, sino el motivo de la dramática caída del nivel de investigación", aseguran.
La persecución lanzada por las fuerzas de seguridad entre la comunidad científica rusa para evitar la fuga de secretos de Estado se intensificó con la presentación del nuevo armamento hipersónico ruso en 2018, pero se disparó con el comienzo de la guerra en Ucrania en febrero de 2022.