Rumbo al cónclave: Conoce a los posibles candidatos para ser el nuevo Papa
Se perfilan varios cardenales de distintas regiones del mundo como posibles sucesores de Francisco

Tras el fallecimiento del papa Francisco este 21 de abril de 2025 a los 88 años, la Iglesia Católica entra en una fase decisiva. El Colegio Cardenalicio se prepara para reunirse en un cónclave en la Capilla Sixtina, donde 135 cardenales menores de 80 años votarán para elegir al nuevo líder espiritual de más de 1.300 millones de católicos.
Como recuerda The Guardian, el nuevo pontífice necesitará alcanzar una mayoría de dos tercios, una exigencia que refleja la necesidad de un fuerte consenso.
Uno de los nombres más mencionados es el del cardenal Pietro Parolin, de 70 años, actual Secretario de Estado del Vaticano. Reconocido por su experiencia diplomática y su perfil moderado, Parolin es considerado un candidato de continuidad.
Según HuffPost España, su papel en la gestión interna del Vaticano y su capacidad de mantener relaciones internacionales equilibradas lo posicionan como una opción estable para suceder a Francisco.
Desde Asia, el cardenal Luis Antonio Tagle, de Filipinas, también aparece entre los favoritos. Con 67 años y una trayectoria pastoral destacada, Tagle es actualmente Prefecto del Dicasterio para la Evangelización. Según The Guardian, su estilo accesible y su cercanía con los más desfavorecidos generaron simpatía dentro y fuera de la Iglesia, lo que haría de su elección un fuerte símbolo de apertura hacia el mundo asiático y hacia las nuevas generaciones.
En Italia, el cardenal Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, ganó notoriedad en los últimos años. De 69 años, Zuppi es miembro de la Comunidad de Sant’Egidio, organización vinculada al diálogo interreligioso y la mediación en conflictos. AS de España destaca que su perfil conciliador y su fuerte compromiso con la inclusión social podrían representar una profundización del enfoque pastoral del Papa Francisco.
Desde el continente africano, el cardenal Peter Turkson, de Ghana, surge como una figura destacada. Con 76 años y una trayectoria marcada por su liderazgo en temas de desarrollo humano y justicia social, Turkson fue Prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral. Un artículo de The Guardian señala que su elección pondría en el centro del debate global los temas de desigualdad y medioambiente, prioridades claras del pontificado anterior.
También se menciona a Péter Erdő, arzobispo de Budapest, de 72 años, considerado una voz fuerte del ala conservadora europea. Erdő fue gran canciller de la Universidad Católica Pázmány Péter y se le reconoce por su rigidez doctrinal. El Estímulo lo sitúa como la posible opción de quienes buscan frenar las reformas recientes y recuperar una Iglesia más tradicional y estructurada.
Una figura que sorprendió por su creciente presencia es la del patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, cuya labor en Medio Oriente ha sido reconocida incluso en contextos de conflicto. HuffPost resalta su perfil pastoral, su cercanía con las comunidades cristianas perseguidas y su experiencia en gestión de crisis como valores a tomar en cuenta por los cardenales votantes.
Por otro lado, entre las voces más conservadoras resuena el nombre del cardenal Raymond Burke, de Estados Unidos, quien fue uno de los críticos más visibles de las reformas de Francisco. Aunque su elección es vista como poco probable, AS informa que recibió apoyo público incluso del expresidente Donald Trump, en un gesto que refleja las tensiones ideológicas que persisten dentro del Vaticano.
Finalmente, el cardenal Robert Sarah, de Guinea, de 79 años, también fue mencionado por sectores conservadores. Aunque su edad lo coloca cerca del límite para participar del cónclave, The Guardian señala que su figura sigue siendo influyente, especialmente entre quienes buscan una reafirmación de la liturgia y de la tradición eclesial.
El cónclave aún no tiene fecha confirmada, pero se prevé que se convoque en las próximas semanas. La elección del próximo Papa marcará el rumbo de la Iglesia Católica para las próximas décadas, definiendo su papel en temas como la justicia social, el cambio climático, la migración, la moral sexual y el rol de la Iglesia en la política global.