Hallan sin vida a la brasileña que había caído en un barranco de uno de los volcanes más peligrosos del mundo
Juliana Marins, de 26 años, había desaparecido durante una excursión en solitario; su cuerpo fue encontrado cuatro días después en una ladera de difícil acceso, tras un intenso operativo de rescate
Marins, originaria de Niterói, había dejado su carrera en comunicación para emprender un viaje en solitario por el Sudeste Asiático. Una trágica expedición terminó con la muerte de Juliana Marins, una joven mochilera brasileña de 26 años que había caído por una empinada ladera mientras ascendía el Monte Rinjani, el segundo volcán más alto de Indonesia.
El accidente ocurrió la madrugada del viernes 21 de junio, cuando Marins recorría la exigente ruta de Pelawangan Sembalun, a una altitud de entre 2.600 y 3.000 metros.
Según reportes de prensa, la joven cayó en la zona de Cemara Nunggal, considerada una de las más peligrosas del sendero por su terreno inestable y la falta de protección. Aislada y sin acceso a agua, comida o señal de celular, quedó atrapada en el lugar sin poder pedir ayuda.
La alarma se activó cuando otros excursionistas encontraron su perfil en redes sociales y alertaron a conocidos en Brasil, quienes iniciaron el pedido de búsqueda. Equipos de rescate indonesios desplegaron seis brigadas, dos helicópteros y herramientas especializadas para localizarla.
El cuerpo de Marins fue hallado cuatro días después, a unos 650 metros por debajo del punto de caída. Las causas oficiales del fallecimiento aún no fueron informadas.
Marins, originaria de Niterói, había dejado su carrera en comunicación para emprender un viaje en solitario por el Sudeste Asiático, documentando su experiencia en redes sociales con imágenes y reflexiones sobre la libertad, el miedo y la conexión con la naturaleza. El medio brasileño O’Globo detalló que la joven practicaba senderismo, escalada y pole dance, y era reconocida por su espíritu independiente y su profunda sensibilidad.
En una de sus últimas publicaciones, del 29 de mayo, escribió: “Nunca me he sentido tan viva”, frase que hoy resuena como un retrato de su entrega total a la aventura y a una vida sin ataduras.
El Monte Rinjani, con sus 3.726 metros, es un destino popular entre mochileros, pero también una zona de alto riesgo por sus condiciones climáticas impredecibles y rutas extremadamente exigentes. En los últimos años, varias personas perdieron la vida allí, víctimas de accidentes similares.
