Votos: ¿Con fines estadísticos no más…?

PAREMIOLOCOGI@ 13/04/2015
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No me interesa tomar partido por algunas de las facciones políticas actualmente en liza por la Gobernación de Chuquisaca puesto que sostengo que son MAS de lo mismo; es más, comparto la postura del Chunka Gutiérrez cuando dijo que las supuestas disidencias que ahora –dicen ellos- habrían (de las que.. vaya milagro…recién acaban de darse cuenta), tornarán de color como fruta de la temporada (de naranja a azul…), pero aun así, como ciudadano que ve de palco ese deplorable espectáculo cuyos resultados, nos guste o no, nos afectarán por el lustro que viene, me parece una grosería que así sea un voto y peor miles, por actos de magia electorera una vez MAS de los “tribunales electorales”, estén ahora en riesgo o terminen finalmente considerados “con fines estadísticos no más”, para beneficio de quienes controlan y avasallan todo.

¿Será que la decisión de un(a) ciudadan@ expresada en las urnas, luego no cuenta para los “tribunales electorales”? ¿O cuenta menos? ¿Unos votos valen más y otros menos o nada? ¿Es decente que un “tribunal” de un plumazo haga desaparecer la voluntad electoral de miles de ciudadanos registrada ya en las actas, porque sus operadores – me resisto a llamarles jueces- tienen que pagar la factura de su designación y ponerse de rodillas ante sus amos? ¿La decisión electoral del ciudadan@ sólo es con fines estadísticos? ¿Sólo para la fotito y nada más? ¿Ese es el estado del arte electoral en Bolivia?

Pues sí, ese es el deplorable estado del arte electoral en la Bolivia Plurinacional en la que los “tribunales electorales” hace mucho que han dejado de existir en su real acepción: terceros imparciales, que proceden con independencia entre los intereses en juego.

Cuando los principales interesados en defender esos intereses son los que, directa o mediante los organismos que controlan y sojuzgan, deciden primero el nombramiento y luego la suerte de esos funcionarios, el resultado es el caos electorero que ahora vivimos, así como la inexistente confianza en lo que deciden, no sólo por vulnerar la ley, la Constitución y cuanta norma o razonamiento que se interponga a las órdenes que reciben para que gane el caballo de su jefazo (que hasta se deja el lujo de adelantar en primicia lo que ocurrirá), sino se ha llegado a tal extremo, que muchas de esas decisiones son un insulto a la inteligencia y al sentido común. No obstante, mientras duren sus buenos servicios, esos funcionarios tienen la pega asegurada y pueden seguir discurseando sobre “su imparcialidad” y otras vainas.

¿Qué implica lo anterior? Apesta a lo que NINO denomina “anomía boba”: situaciones sociales en las que tod@s resultamos perjudicad@s no como resultado de intereses o valoraciones que la ley no pudo satisfacer y que se buscan satisfacer al margen de ella, sino como una forma de inobservancia que produce una grave disfuncionalidad en la sociedad.

La mejor prueba de ello es que el caos puntillosamente causado por la ruin actuación de la “justicia electoral” perjudica finalmente a tod@s: naturalmente a los que resultan dañados por sus actuaciones, a quienes sirven y benefician pues ganando en la mesa no tienen legitimidad por muchos discursos que repitan, a las sobras del régimen democrático (si alguna vez lo fue) y a la sociedad toda, pues tod@s nos merecemos que nuestras decisiones electorales (elegir a quien nos dé la gana, así sea a  título del menor de los males) sean respetadas, pues como dijo CHURCHILL: "La democracia es la necesidad de inclinarse de cuando en cuando, ante la opinión de los demás”.

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