Murió Margot Leongómez de Pizarro

DESDE LA TIERRA 30/04/2015
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Murió hace poco, octogenaria, Margot Leongómez de Pizarro, descendiente de la más rancia aristocracia colombiana, hija de militar, esposa de Almirante y madre de cinco hijos, cuatro de ellos guerrilleros, dos asesinados por la parapolítica, nueras comunistas y nietos y bisnietos criados bajo los sustos de la guerra sin fin.

Escuché su historia por primera vez en una pasada Feria del Libro en La Paz cuando la cronista bogotana Patricia Lara leyó la larga entrevista a esa mujer que pasó de ser una niñita mimada entre tules y tacitas de té a simbolizar a las madres que cargan sus entrañas destrozadas por el horror de las violencias que inventan los hombres.

Desde el principio la asocié con María Luisa, la madre de los tres jóvenes Quiroga Bonadona que murieron traicionados en la guerrilla de Teoponte al inicio de los 70, también de fina cuna y de familia de militares, que dejó la tranquilidad hogareña en Sucre para capitanear la Asociación de Familiares de Mártires y Desaparecidos por la Liberación Nacional. Su única hija mujer tuvo la valentía de renunciar a su necesario puesto de trabajo en la administración pública como personal en rechazo a la represión en el TIPNIS.

Margot tenía cierto parecido a María Luisa, aunque más frágil y no tan alta como la boliviana. De cabello corto, rasgos delicados y manos delgadas, pasó cuatro décadas contemplando de lejos los enfrentamientos entre liberales y conservadores. Los Pizarro Leongómez aprendieron a conocer a su país por los destinos militares de su padre, que alentó en ellos el debate de ideas. Margot fue siempre sensible a la pobreza y alfabetizó en comunas marginales.

Nunca imaginó que aquello provocaría los compromisos de sus hijos con la patria. Margot se enteró por un familiar que Nina estaba detenida (embarazada) por el robo de armas militares, acción del M-19. Hernando, de las FARC, murió acribillado en una calle. A Eduardo lo hirieron al salir de su trabajo. José Antonio fue perseguido. Carlos fue el más famoso, el más hermoso, también. Se entregó durante la amnistía y participó en el proceso electoral de 1990. Un sicario quinceañero, financiado por Pablo Escobar aliado de los paras, disparó contra él en pleno vuelo a Santa Marta.

A Margot le “estalló la guerra en el centro de su corazón”. Pero se distinguió más cuando dijo: “si yo siento tanto dolor, me duele más el dolor que a otras mamás pudieron causar mis hijos”.

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