¿Serán capaces los bolivianos de conmemorar el 23 de marzo combinando su visión histórica con la de los chilenos, con la de los peruanos? Quizá esta generación no conseguirá lo que ya han logrado franceses y alemanes: actividades conjuntas sobre hechos históricos de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, 12 académicos de Bolivia, Chile y Perú se animaron a lanzar el desafío en una intensa reunión en Buenos Aires entre el 18 y 21 de mayo.
Los “Diálogos académicos sobre el reencuentro de Bolivia con el mar” fueron convocados por un cuarto actor en la región, los argentinos. Como la olla del pobre que conjugan los anarquistas, cuando cada uno contribuye con algo, la Universidad Católica Argentina organizó la logística con base en la iniciativa de la Cátedra de Lomas de Zamora; la Gobernación de Buenos Aires, la Cámara de Diputados, la Cátedra Pontificia aportaron su granito con el objetivo de reunir a historiadores y periodistas de tres nacionalidades, que un día se enfrentaron con las armas.
Alentó el debate el espíritu de Leonardo Jeffs, ese extraordinario historiador chileno que tanto se preocupó por conocer los ríos profundos bolivianos y estudió la participación de chilenos peleando a favor de Bolivia en la Guerra del Chaco. Estuvo presente la línea del Papa Francisco, quien se dio tiempo para llamar a los moderadores para conocer las propuestas.
Los 12 analizaron el “Acta de Lovaina”, que hace una década planteó opciones novedosas para consolidar la salida boliviana al mar, devolviendo así la calidad marítima perdida en 1879. Aunque muchos escenarios oficiales se han sucedido desde entonces, los académicos firmaron que más allá de las coyunturas judiciales y gubernamentales, es posible apostar por una cultura de paz.
El apoyo a la demanda boliviana fue unánime, pero enfatizando la meta desde la integración latinoamericana y con la necesidad de caminar hacia ese objetivo con un diálogo que permita visibilizar y comprender la visión del otro. Los académicos se dieron tareas urgentes y posibles para fomentar cátedras conjuntas, políticas culturales que rescaten lo que une desde hace milenios superando lo que separa, resignificar las conmemoraciones oficiales y concebir la frontera como un lugar común. Menos gastos militares y más escuelas plurales. Especial recomendación al rol de los periodistas.
El Acta fue firmada en presencia del magnífico rector de la UCA y ante decenas de representantes de los movimientos sociales argentinos. La delegación boliviana mereció un largo y cerrado aplauso especial, solidario.