Negocio y fútbol

SIN FRONTERAS 30/05/2015
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Mientras algunos hinchas irracionales arriesgan o pierden la vida por el club de sus amores, un selecto grupo de personas vive como millonarios gracias a la pasión mundial por el esférico. No habría ningún conflicto si se tratase de grandes jugadores que con su talento ganan millones de dólares, pero sí de dirigentes añejos que durante décadas han manejado a gusto las finanzas del fútbol mundial.

Ya era hora. La corrupción de grandes cifras en la FIFA era una afirmación en la que faltaban pruebas y, al parecer, éstas han sido debidamente acopiadas de manera paciente por el FBI estadounidense, que a través de una demanda internacional ha solicitado la detención y extradición de altos dirigentes de la organización en Suiza.

El hecho que ha iniciado la investigación es la concesión de los mundiales a Rusia en 2018 y Qatar en 2022, dos potencias energéticas habituadas a actuar con la chequera y a tener serias observaciones sobre el respeto a los derechos humanos. La acusación del FBI menciona que los altos dirigentes de la FIFA detenidos están involucrados en sobornos para votar por los países mencionados, se menciona una cifra cercana a 150 millones de dólares distribuidos entre dirigentes nacionales de países de América Latina y el África, aliados incondicionales del cuestionado y todopoderoso presidente de la FIFA, el suizo Joseph Blatter.

Entre los dirigentes detenidos, la mayoría de ellos centroamericanos y caribeños, está un señor llamado Jeffrey Webb, el presidente de la CONCAFAC, la confederación que reúne a las asociaciones de países del Caribe, Centro y Norteamérica. Resulta curioso que un ciudadano de un pequeño país como Islas Caimán, de sólo 56.000 habitantes, dirija una confederación en una región de alrededor de 500 millones de personas. Pero no resulta extraño con toda la trama de corrupción que Islas Caimán sea el paraíso fiscal más importante de las Américas. Cabalmente, la acusación de la Fiscalía de Estados Unidos contra los detenidos es por el delito de enriquecimiento ilícito y el lavado de dólares.

Entre los sudamericanos acusados pero no detenidos está el paraguayo Nicolás Leóz, un hombre que durante décadas manejó el futbol sudamericano y a sus 86 años se encuentra retirado. La acusación señala que en sus años de activo se encargó de distribuir los sobornos entre los dirigentes de las federaciones sudamericanas. La demanda del FBI señala que existen pruebas de una red de corrupción en la FIFA que funciona desde hace 24 años atrás.

Todos estos hechos confirman el interés de tantos personajes del fútbol que se disputan los espacios en la alta dirigencia del deporte rey, en los respectivos países. Mientras que para la gran mayoría de nosotros el fútbol es un pasatiempo importante, para una casta es una manera de vivir y ser millonario sin pasar mayor trabajo que el de vender ilusiones a los aficionados de los países, que ilusos, de buena fe, consideran que el logro futbolístico es la real medida de la grandeza de un país.

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