Cuando llegué al municipio de Culpina me sorprendí por su éxito monumental, es increíble cómo en un lugar que siquiera está en la carretera troncal (Potosí-Tarija) exista tanto movimiento económico de efecto “bola de nieve”.
El Muncipio de Culpina es un horizonte de posibilidades para el desarrollo económico del Departamento de Chuquisaca, durante los últimos 6 años, entre los meses de Enero a Mayo, Culpina ha garantizado la producción de cebolla a nivel nacional, siendo la cebolla un alimento altamente inflacionario y habiendo registrado el año pasado, un declive en la producción que obligó al Gobierno a importar cebolla desde el mes de Julio, es justo y necesario precisar que gracias al municipio de Culpina, el departamento de Chuquisaca sería considerado un indicador relevante en la producción de cebolla.
Pero Culpina trasciende más allá de la esgrimida producción de este rubro. En el año 1995 la Fundación Chuquisaca Sur, llevó a los Municipios de Incahuasi y Culpina centenares de plantas de manzana que resultaron rendir mucho mejor en las pampas Culpineñas. De aquel tiempo hasta la fecha, este municipio alcanzaba una producción entre 60 y 100 toneladas de manzana por año, cuyo mercado principal es la industria Cochabambina: “Jugos del Valle”. Producto de una cadena de esfuerzos públicos y privados, este rubro se fue fortaleciendo hasta el punto de comprometer para el 2014 una producción de 150 toneladas de manzana, sin embargo la producción fue sorprendentemente explosiva, se produjeron 250 toneladas de manzana, mucho más de lo previsto, por tanto existió una sobredimensión en la oferta y una necesidad emergente de abrir nuevos mercados.
La industria cochabambina Jugos del Valle, para producir toda su cadena de jugos y derivados de esta fruta, almacena anualmente 600 toneladas. Si Culpina hasta la fecha está produciendo 250 toneladas y proyecta llegar a las 350 este año, es necesario pensar en una agroindustria, por tanto es tarea del Gobernador Esteban Urquizu como del nuevo alcalde de este municipio, potenciar estos rubros con políticas estructurales.
Culpina es un ascensor para el desarrollo energético de Bolivia, en 1979 se descubrió el proyecto de hidroeléctrica Camblaya, hoy llamado: “Carrizal” que tiene el objetivo de generar 2000 megavatios por año, el 52% del territorio que corresponde a la inundación, para fuente de generación, se encuentra en territorio Chuquisaqueño, en tanto que el 48%, corresponde a Tarija. El presidente Evo Morales anunció el financiamiento para hacer realidad este proyecto que permitirá exportar energía.
El movimiento económico registrado en los últimos 6 años en Culpina, ha espetado al sector financiero del país a instalar agencias en este municipio. El Banco Unión también ha sentado su presencia en Culpina, junto con otras entidades financieras, que cada día auguran una excelente proyección cortoplacista del flujo económico.
Las excelentes características topográficas y estratigráficas de las Pampas de Culpina, han permitido el aterrizaje de aeroplanos en condiciones climáticas adversas, el presidente anunció el año pasado la construcción de un aeropuerto regional en Cintis, que estará ubicado en Culpina y significara el despegue de una sobria transformación en servicios de transporte.
Sin embargo, el efecto “Bola de nieve”, también se manifiesta en el lado negativo que sin duda es preocupante. En lo que va del año, la gente habla de avionetas no identificadas que aterrizaron en Culpina ¿Para qué? Sin duda, para todo lo que usted se pueda imaginar, excepto para vacacionar. La circulación de vehículos indocumentados ha conformado hasta sindicatos, para defender la ilegalidad de los mismos. Si Culpina se traduce en una región con gran futuro productivo e industrial, es necesario llegar al fondo de estos últimos acontecimientos, que describo en el presente artículo, y que a la larga podrían constituirse en óbices del desarrollo humano, que ya empezó a quebrarse porque los maestros reportan casos de abandono escolar, delincuencia y hostilidades pueriles en el centro poblado de este municipio.