Que se queden bajo tierra

SIN FRONTERAS 16/06/2015
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Un cálculo científico proyecta que si la temperatura mundial sube en promedio más de 2 grados Celsius, el clima será imprevisible y afectará de forma irreversible a la vida en nuestro planeta. La pérdida de fuentes de agua, la desorientación de los ciclos climáticos y el crecimiento de los océanos serán algunas consecuencias de un probable escenario apocalíptico.

Otra proyección científica asegura que las actuales reservas mundiales de energía fósil (petróleo, gas natural, carbón mineral) superan cinco veces el margen permitido para que la temperatura no suba más de 2° C. En otras palabras, con la actual tendencia creciente de consumo de energías fósiles, a finales de este siglo se habrá superado el temido umbral térmico. La proyección señala que la atmósfera resistirá la emisión de 525 gigatoneladas de gases de dióxido de carbono (CO2), en tanto que las reservas probadas de energía fósil en la actualidad podrían emitir hasta 2.500 gigatoneladas. En conclusión, para que la vida en el planeta sea sostenible, se precisa no utilizar esas fuentes y dejarlas bajo tierra.

Así lo han comprendido en países como Gran Bretaña, donde se ha lanzado una campaña para dejar bajo tierra el petróleo y otros recursos energéticos. Los líderes europeos han asumido también esta proyección y se han comprometido a reducir el consumo de energías fósiles hasta finales de este siglo. Se confía en su sustitución con energías limpias.

A nivel latinoamericano, hace pocos años, el gobierno ecuatoriano lanzó la iniciativa del Yasuní, para dejar bajo tierra el petróleo que está debajo de la selva amazónica a cambio de una millonaria compensación de países industrializados. La propuesta no prosperó y se anunció la explotación de esa reserva al igual que en Bolivia, cuyo gobierno ha decidido abrir las áreas protegidas a la exploración petrolera y luego a su explotación. En el caso de las reservas petroleras en áreas protegidas, el perjuicio ambiental es doble por la pérdida de la biodiversidad y por la consiguiente emisión de dióxido de carbono, principal gas de efecto invernadero y causante del cambio climático.

La responsabilidad de los gobiernos y de los ciudadanos del mundo es muy grande respecto al futuro climático del planeta. Solamente una acción coordinada evitará que las visiones apocalípticas se hagan realidad y la sufran nuestros hijos y nietos. Aunque los gobernantes son actores claves en este problema global, la responsabilidad debe partir desde cada habitante y cada familia con hábitos que reduzcan la emisión de gases de efecto invernadero. Personalmente he identificado a los motorizados como la síntesis de las industrias más contaminantes del mundo: empresas petroleras y compañías mineras. Como herramienta de transporte, un automóvil debe emitir la menor cantidad posible de gases gracias a motores pequeños y el buen mantenimiento. Además no existe la necesidad de cambiar cada año o dos años, si pueden tenerse por un mínimo de diez o 15 años será una gran contribución para el clima mundial, para que no se alcance los 2° C que podrían ser fatales para la Tierra y la Humanidad.

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