Actualmente, ex presidentes cívicos, profesionales, trabajadores, empresarios, universitarios y ciudadanía en general, critican los “Directorios chutos” de CODEINCA fruto de maniobras vergonzantes, que rayan en el ridículo y justifican plenamente una reestructuración total, sin dejar de lado la creación de un Comité Cívico de la Capital que debe cumplir otros objetivos.
La pobreza y decadencia de nuestro medio social, se refleja en su Comité Cívico que ha perdido la vergüenza por su total inactividad, porque sin empacho recibe de la ciudadanía su generosa contribución, mediante su aporte mensual a COTES para su papel parasitario.
Los intereses de los sucrenses que viven y trabajan en la capital, no son de lejos, los mismos de otras regiones. Cambiar el destino de Sucre y visualizar una Capital Constitucional, exige cumplir muchas e importantes tareas. Un Comité Cívico de la Capital no solo debe contar con esos recursos sino con nuevos y adecuados, para que nos defienda -y no- para que nos traicione y aproveche.
Jurídicamente, “Sucre es la Capital de Bolivia” así lo establece la Constitución Política del Estado, en su Título I “Bases Fundamentales del Estado” artículo 6º Inc. I. De ahí resulta, que esa calidad otorgada por la Constitución, no puede ser confundida con ninguna otra ciudad. Otra cosa es la miopía de sus líderes que se debaten entre los complejos de inferioridad.
Para ejercer los derechos reconocidos por la CPE, deben gestionarse en primer lugar, una Ley de la Capital del Estado, que siente las bases fundamentales, rol y funciones de la Capital en el mediano y largo plazo.
Definir su territorio y jurisdicción de ciudad exclusivamente urbana con un área metropolitana. Debe señalar con precisión sus fuentes naturales de abastecimiento de energía y agua, gestión de sus cuencas, áreas productivas de servicios y parques de recreo y expansión.
De un marco Político-Institucional, que establezca su estructura de gobierno, autoridades, forma de elección, designación y mecanismos de planificación de largo plazo. En ese marco, hoy Bolivia es un país decapitado, es necesario re-establecer y formalizar el equilibrio nacional e internacional, a partir de su Capital Sucre, “Charcas” en la geopolítica Continental.
Así como definir aspectos económico-financieros claros, sus fuentes y usos de recursos Nacionales, Departamentales, Municipales y posibilidades de financiamiento externo.
Por otra parte, desarrollar decididos esfuerzos por la educación, la salud y el empleo y, un liderazgo consagrado a su tierra con amor, sacrificio y espíritu innovador. Tratándose además, de una ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad, su manejo y conservación requiere de especialistas -habida cuenta que esta ciudad- es equiparable a otras ciudades patrimoniales del mundo.
Con verdadera angustia, sentimos cómo el amor a la tierra en nuestra hermana Potosí se exalta e impulsa a la lucha y el sacrificio por sus reivindicaciones, mientras en nuestra ciudad, permanecemos sordos, ciegos, mudos e insensibles, de rodillas ante los poderosos de turno, sin que nos pique la conciencia.