La vorágine del cemento

05/10/2015
PUBLICITE AQUÍ

Sin lugar a dudas, uno de los problemas que más debería preocupar a la administración municipal es la falta de áreas verdes en nuestra ciudad. Efectivamente, si tomamos en cuenta el constante crecimiento urbano experimentado en Sucre en los últimos años, nos daremos cuenta de que los espacios verdes, lejos de crecer en la misma proporción que las viviendas y calles, se han ido reduciendo por efecto de la construcción de las mismas.

Así, si hace algunas décadas Sucre contaba con áreas verdes y un entorno natural suficientes para la limpieza del medioambiente de un centro urbano pequeño, hoy por hoy, cuando la ciudad se ha extendido considerablemente, el único pulmón urbano del casco histórico viene a ser el Parque Bolívar y los predios –totalmente abandonados, por cierto– de la antigua estación de ferrocarriles.

Y en cuanto a los nuevos barrios, pocos cuentan con parques, plazas y plazuelas en las que predomina el cemento, mientras su entorno campestre retrocede día a día ante la irrefrenable tendencia a habitar nuevos espacios, sin que exista autoridad ni institución que haga valer la normativa vigente.

Siendo así las cosas, resulta tan necesario como urgente que el municipio encare una política de planificación urbana que contemple la selección y delimitación de numerosas áreas verdes, tantas cuantas sean necesarias para equilibrar la proporción de áreas urbanas construidas y/o previstas para calles y viviendas.

Dichas áreas verdes, además de constituir espacios de esparcimiento para la población de la ciudad y la armonía urbana, cumplen la importante tarea de purificar el medioambiente, que va contaminándose gradualmente como consecuencia, entre muchos otros factores, de las emanaciones tóxicas del parque automotor.

Inclusive, dada la indicada importancia que tienen estas áreas, el municipio podría pensar no solamente en crear espacios verdes en las nuevas zonas de la ciudad, sino también en hacer lo propio en el corazón urbano, aprovechando para ello la existencia de algunos predios de extensión considerable y que podrían ser destinados a este fin.

Año que pasa van reduciéndose los espacios para remediar la falta de áreas verdes en Sucre. Lo que resta es la determinación de la comuna local para estudiar y poner en práctica dichas soluciones de manera oportuna, antes de que el desordenado crecimiento poblacional las torne totalmente inviables y la ciudad se convierta en una irreversible vorágine de ladrillo, cemento y contaminación.

Sucre ya no puede permitirse el lujo de esperar más tiempo para poner solución, con la energía y autoridad necesarias, a una serie de problemas que están afeando y alterando irremediablemente la naturaleza urbana de la ciudad. (Reimpresión)

Año que pasa van reduciéndose los espacios para remediar la falta de áreas verdes en Sucre. Urge estudiar y poner en práctica soluciones de manera oportuna, antes de que el desordenado crecimiento poblacional las torne totalmente inviables y la ciudad se convierta en una irreversible vorágine de ladrillo, cemento y contaminación

Compartir:
Más artículos del autor


Lo más leido

1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
Suplementos


    ECOS


    Péndulo Político


    Mi Doctor