Evo gobernó desde París

LA NOTICIA DE PERFIL 01/12/2015
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Algunas personas mal informadas piensan que nuestro Presidente Vitalicio viaja por el mundo porque tiene alma de trotamundos, y otras más simples (como yo) decimos que él viaja tanto porque sufre de gusanera y no puede estar quieto en ningún lugar, suposiciones todas equivocadas porque Macacha me acaba de demostrar que Evo aprendió a gobernar Bolivia desde el lugar donde se encuentre: desde su avión, New York, Berlín, Ivirgarzama, en el Chapare, u Orinoca, en el departamento de Oruro.

Asombrado yo de esa extraña cualidad, pregunté a mi corresponsal en el Palacio Real de la Plaza Murillo, para qué servía nuestro Vicepresidente quien asume el mando de la nación cuando el inquieto Evito le deja temporalmente el mando, respondiéndome la bien informada cholita valluna: “Me parece que Evo –al igual que Melgarejo– no tiene confianza ni en su camisa y cuando él deja un reemplazante, hay otro que lo vigila y a éste lo vigila otro, y así sucesivamente”. No pude menos que admirar la sagacidad de Evo y la inteligencia de mi reportera.

Tratando de conocer algo más sobre los secretos palaciegos, solicité a la cholita cochabambina nacida en Quillacollo que me contase algunos últimos hechos producidos en el “Kesti Palacio”, o Palacio Quemado, como lo llaman algunos historiadores.

Mi Pariente Espiritual o “comadritay”, como la llamo en mis momentos románticos, no se hizo de rogar y me prometió con la dulzura que la caracteriza algunos detalles de una de las últimas sesiones de gabinete dirigidas por teléfono desde París donde se encontraba Evo. “Señores Ministros y Viceministros, les habla su Presidente Evo desde París, la villa lumiere o ciudad luz donde me encuentro para representar a nuestra amada Patria en un cónclave sobre el desastre climático que azota a nuestro Planeta Tierra. Sin embargo de ello ¿qué están haciendo ustedes a las 6 de la madrugada (hora boliviana)…?”

García Linera le dijo: -“Nos acaban de anunciar la inauguración oficial del Dakar, ¿qué hacemos?”

- Paguen la suma que nos han pedido y pídanle la plata a Quintana, siempre y cuando la prueba deportiva pase oficialmente por Orinoca.
- Son sus órdenes, señor Presidente. Nada más señor Presidente, sobre la campaña por el “Sí” le digo que ésta marcha viento en popa y a toda vela.
- Ya estaré por allí dentro de dos días y lo comprobaré.
- Lo esperamos, señor Presidente.

Creo en la versión relatada para mí por la periodista que trabaja en el Palacio Real de la Plaza Murillo, me merece digna de plena fe, lo cual me permite subrayar para mis lectores que nuestro Presidente no viaja por placer ni por sufrir gusanera, sino para seguir gobernando Bolivia desde cualquier lugar.

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